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Ábalos mantiene su acta de diputado en el Grupo Mixto y el PSOE inicia los trámites de expulsión

El exministro de Transportes y exsecretario de Organización de los socialistas ha explicado en una comparecencia pública que rechaza dimitir pese a las exigencias de su partido por el 'caso Koldo'. Ábalos está decidido a defender su "honor" y "reputación". La dirección socialista inicia un expediente disciplinario y lo suspende cautelarmente de militancia. 

El exministro José Luis Ábalos, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este martes 27 de febrero de 2024 en el Congreso.
El exministro José Luis Ábalos, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este martes en el Congreso. Fernando Villar / Efe

El exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos no va a dimitir de su escaño en el Congreso. Así lo ha anunciado él mismo en una comparecencia pasado el límite del plazo de 24 horas que tenía para tomar una decisión tras la petición de su partido. Pasará al Grupo Mixto, según ha confirmado. 

Ábalos ha realizado una intervención en la que ha puesto en valor su decisión de defender su "honor" y su "reputación" "hasta las últimas consecuencias". "No estoy acusado de nada, ni formo parte de la investigación en curso, ni tampoco tengo ningún enriquecimiento ilícito", ha afirmado el exdirigente socialista, que no ha permitido preguntas.

"No puedo rendirme. Tengo que defenderme a todos los niveles. Por mí y para evitar que toda la estrategia de la derecha arrolle ciertas posiciones acomplejadas de la izquierda. No tengo a nadie detrás. Me enfrento a todo el poder político, de una parte y de otra. Y lo tengo que hacer solo", ha señalado Ábalos. 

Durante su intervención, Ábalos ha reconocido que la decisión es "dura". Y ha alertado que "rendir un tributo a la derecha" como cree que hace la dirección del PSOE "no va a impedir la cacería" contra los propios socialistas. "No puedo acabar la carrera como un corrupto", ha insistido el exministro. 

"Si yo renunciara, y más en este momento, se interpretaría como un signo de culpabilidad. No lo asumo, provocaría mi estigma profesional y personal. Sé lo que es ser un apestado político. En este escenario tan turbio que se ha generado, no ha sido posible establecer una reflexión con mi partido en beneficio de las propias siglas", ha afirmado Ábalos, lamentando que Ferraz no le haya permitido defenderse. 

El exministro ha defendido la gestión que se hizo en la compra de mascarillas durante la pandemia y el papel de los funcionarios. También ha rechazado que persiga seguir con el aforamiento y que está dispuesto a colaborar con la justicia. Ábalos no ha acudido al comienzo del Pleno de este martes, que ha comenzado a las 15.00 horas, a la espera de realizar el trámite administrativo por el que se integrará en el Grupo Mixto junto a Podemos, Coalición Canaria y BNG. 

El PSOE inicia los trámites de expulsión

Tras esta comparecencia, la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE ha emitido una resolución mediante la que incoa un expediente disciplinario a Ábalos y lo suspende cautelarmente de militancia. Como recuerda el propio documento, Ábalos puede interponer un recurso ante la Comisión Federal de Ética y Garantías en el plazo de diez días hábiles.

El documento establece los incumplimiento estatutarios o faltas en los que habría incurrido Ábalos. Son los siguientes: "obstrucción a la labor y decisiones de los órganos del partido"; "abandono del cargo público para el que hubiera sido designado o elegido sin la previa
autorización del órgano competente del partido o imposibilitar por acción u omisión la representación del partido en las instituciones"; "actuación, por acción u omisión, en contra de acuerdos adoptados por los órganos de dirección del partido" y, por último, "menoscabar la imagen de los cargos públicos o de las instituciones socialistas". 

"De probarse cierta/s alguna/s de las faltas imputadas podrían llevar
aparejadas las sanciones previstas en el artículo 87.2 EF, que supondría la suspensión de afiliación y/o inhabilitación para cargos públicos y orgánicos por un periodo de entre 2 y 18 meses en el caso de la falta grave y de más de 18 meses y hasta 36 meses o la expulsión del PSOE, para las muy graves", añade el texto. 

Presiones en vano de Ferraz

La Ejecutiva Federal socialista exigió este lunes formalmente la renuncia a Ábalos a su escaño. La dirección del PSOE considera que sí tiene "responsabilidad política" en el caso de cobros de comisiones por las compras de mascarillas que afecta de forma directa a su exasesor Koldo García Izaguirre. Este martes, los socialistas decidieron esperar a pronunciarse sobre el asunto precisamente hasta que el propio Ábalos hablara. 

Dirigentes de relevancia como el actual secretario de Organización de los socialistas, Santos Cerdán, o la vicesecretaria general, María Jesús Montero, trataron durante los últimos días de convencer a Ábalos para que dejara su acta. En Ferraz apuntan a que ese paso es lo mejor tanto para el partido como para él mismo. En la cúpula confiaban en que Ábalos presentara su dimisión para tener que evitar un difícil proceso de expulsión. 

Ábalos tuvo este lunes un gesto al dimitir de la presidencia de la Comisión de Interior en el Congreso. El exnúmero tres del PSOE denunció además la actitud de algunos medios de comunicación que están tratando de indagar en su vida personal. Y se queja de las consecuencias en ese aspecto que está teniendo el caso.

Durante los últimos días, Ábalos se ha defendido. "Yo no he hecho nada", dijo el pasado viernes a este medio. En posteriores declaraciones a otros medios abrió la puerta a renunciar si su partido se lo pedía. "No tiene sentido que siga. Debería ser consecuente y hacer lo que dijo que haría si se lo pedía su partido", señalaban este lunes fuentes de la dirección.

La presión del PSOE hacia Ábalos ha sido creciente hasta la reunión de la Ejecutiva de este lunes. En primer lugar, la vicesecretaria general de los socialistas, María Jesús Montero, preparó el terreno. "Yo sé lo que yo haría", dijo públicamente sobre la situación de Ábalos. Luego, el propio Sánchez prometió que lucharía "de forma implacable" contra la corrupción "caiga quien caiga".

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