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Napoleón Napoleón, el estratega que devolvió a las Antillas la esclavitud

Hoy se cumplen 200 años de la muerte del emperador francés, en medio de un debate social sobre la idoneidad o no de celebrar este tipo de actos entorno a figuras tan controvertidas.

Estatua de Napoleón en Montereau-Fault-Yonne, Francia
Estatua de Napoleón en Montereau-Fault-Yonne, Francia. Sarah Meyssonnier / REUTERS

Hoy se cumplen dos siglos de la muerte de Napoleón Bonaparte, una figura controvertida que sigue generando admiración y vergüenza a partes iguales en la sociedad francesa. Fue el inventor de las grandes instituciones del Estado y fundador de la Francia moderna, pero también el artífice de un régimen autocrático, belicista, patriarcal y esclavista. Fue el impulsor del código civil y la separación Iglesia- Estado, pero también la persona que restableció la esclavitud años después de su abolición con la Revolución Francesa.

A pesar de las presiones del último año para no conmemorar esta fecha, el presidente Emmanuel Macron forma parte del homenaje que se le rinde hoy en el Instituto de Francia y es el encargado de depositar una corona de flores en la tumba de Napoleón en los Inválidos. Lugar en el que reposan sus restos desde 1840.

Para reflexionar en torno a la figura del emperador y su relación con el esclavismo, hemos hablado con Marcel Dorigny, investigador en el Instituto de Historia de la Revolución Francesa, especializado en la historia de la esclavitud en los territorios franceses del siglo XVIII, profesor emérito en la Universidad Paris VIII y miembro del Comité de reflexión para las relaciones franco-haitianas. Uno de los historiadores que, junto a Bernard Gainot, Malik Ghachem y Frédéric Régent, han dado forma al documento Napoleón colonial: 1802, el restablecimiento de la esclavitud para la Fundación por la Memoria de la Esclavitud.

La muerte de George Floyd a manos de un policía en Minneapolis hace un año desató una marea de protestas antirracistas, bajo el lema de Black Lives Matter. Se declaró abiertamente la guerra a aquellos personajes históricos relacionados con la esclavitud o colonialización, o al menos en sus estatuas y homenajes. Algunos de los símbolos que cayeron o fueron profanados fueron la estatua del comerciante de esclavos del siglo XVII, Edward Colston, en Bristol, la del genovés Cristóbal Colón en Boston, o algunas de Leopoldo II en Bélgica, símbolo del colonialismo en el Congo.

La muerte de George Floyd a manos de un policía en Minneapolis hace un año desató una marea de protestas antirracistas

Un movimiento que abrió el debate sobre si este tipo de elementos son un recuerdo de la historia o un homenaje al supremacismo blanco, catalogado como patrimonio negativo. A la pregunta de si, en 2021, cabe espacio para conmemorar la muerte de figuras de la talla del emperador galo por parte de las autoridades, Dorigny matiza que "conmemorar no es lo mismo que celebrar". "Recordar algo no es lo mismo que hacer apología, porque no se puede olvidar el gran impacto que supuso el legado que dejó Napoleón en la Europa que hoy conocemos", ha añadido.

Opinión que comparte con el historiador francés Charles Bonaparte, presidente de la Federación Europea de Ciudades Napoleónicas, un itinerario cultural certificado por el Consejo de Europa. El economista defiende que desde la organización quiere poner de manifiesto la labor de su antepasado "en su dimensión europea, a través del reconocimiento cultural, histórico y turístico". "Queremos conmemorar el bicentenario de su muerte, pero no queremos celebrarlo, que equivaldría a hacer un juicio: gran reformador de los ideales de la Revolución, general victorioso o derrotado, déspota implacable y fundador de nuevas naciones", reflexiona Bonaparte en la página web de la Federación. "La raíz latina de conmemorar designa correctamente la acción de recordar, y a esto es a lo que queremos contribuir", ha concluido.

La abolición de la esclavitud

La esclavitud fue abolida en 1789, con la Revolución Francesa, dos años después de la revuelta de los esclavos de las Antillas. La presión en el Caribe y la guerra con Inglaterra precipitó esta decisión, que no se llevó a cabo de la forma gradual que habían previsto los franceses, y dejaron colgando la abolición de la trata.

¿Cuál es la diferencia entre la trata y la esclavitud? "La trata es el motor de la esclavitud y por ello sin trata, no hay esclavitud", responde Marcel Dorigny. Según explica el historiador francés, los abolicionistas de la época sostenían que era imposible acabar con la esclavitud a través de una sola acción porque consideraban que "las sociedades africanas no estaban preparadas para ejercer el control por sí mismas y porque supondría la ruina económica porque no habría mano de obra para trabajar en las plantaciones de azúcar y café de la que dependían las grandes metropolis en Europa".

La idea era abolir la trata a nivel internacional y después transformar progresivamente a las sociedades coloniales para conducir a los esclavos a la libertad y, para ello, preveían que serían necesarias dos generaciones.

La revuelta de los esclavos en el Caribe precipitó la decisión y llevo a la Revolución Francesa a abolir la esclavitud, pero nunca la trata. "Esta es una de las grandes paradojas de la revolución", analiza Dorigny, "puede que fuera porque pensaban que, con la abolición de la esclavitud, ya estaba abolida la trata, pero lo cierto es que la esclavitud nunca puede ser abolida si primero no está prohibido el comercio de personas". Sin embargo, los conflictos bélicos entre Inglaterra y Francia frenaron la trata durante años, ante la imposibilidad de usar navieros para transportar esclavos.

La idea era abolir la trata a nivel internacional y después transformar progresivamente a las sociedades coloniales 

Cuando Napoleón Bonaparte llegó al poder soñaba con un imperio colonial francés en el Golfo de México, con Santo Domingo en el corazón. Santo Domingo era la colonia más rica, y principal productora de azúcar del mundo, gracias a un sistema que había esclavizado a 450.000 personas.

Su idea inicial era recuperar todos los territorios, pero se encontró una fuerte resistencia por parte de antiguos esclavos. Toussaint Louverture fue el esclavo que lideró la defensa de Santo Domingo, lucha que acabó con su captura en la primavera de 1802. En Guadalupe los militares negros también plantaron cara a las tropas francesas y, antes de ser capturados, decidieron suicidarse para no renunciar a su libertad.

Para castigar al territorio que se había levantado contra él, Bonaparte restableció la esclavitud el 16 de julio de 1802. Un hecho que hizo explotar a la sociedad en Santo Domingo y llevó a oficiales y soldados negros a levantarse en armas contra los franceses e iniciar una guerra civil. Un conflicto que obligó al emperador a retirarse del territorio en 1803 y conceder su independencia el 1 de enero de 1804 con el nombre de Haití.

Años más tarde, el dictador reconoció que "fue el mayor error que cometí en toda mi época de gobierno. Tendría que haber negociado con los líderes negros, como habría hecho con las autoridades de una provincia". Sin embargo, este hecho que no hizo más que reforzar las medidas contra el resto de los esclavos, para evitar que hubiera una nueva revuelta. Entre ellas, en las colonias se restableció el código negro, se prohibieron los matrimonios mixtos y se degradó a aquellos que habían luchado contra la liberación de los esclavos. Con esto volvieron a someter a 300.000 personas a un régimen de esclavitud.

Unos años más tardes, en 1815, el Congreso de Viena obligó a Napoleón a abolir la trata, aunque decidió no aplicarlo. A pesar de la resistencia en los territorios franceses de ultramar, la abolición de la esclavitud no llegó hasta 1848. 15 años después de la prohibición en territorios británicos, pero 35 años antes que en suelo español.

Bulo entorno a Josephine de Beauharnais

Uno de los chascarrillos que siguen sonando a día de hoy es que la que fuera la primera esposa de Napoleón, la emperatriz Josephine de Beauharnais, fue la culpable del retorno de la esclavitud en el Caribe. Un hecho que, para Marcel Dorigny, no tiene lógica alguna. En primer lugar, porque su marido era un machista empedernido que nunca hubiera escuchado la opinión de su esposa. "Fue una decisión estratégica y política, no familiar, a pesar de los lazos de la esposa del dictador con una planta azucarera en Martinique", explica el historiador francés.

Pero, la razón más evidente es que en Martinique "nunca se llegó a abolir la esclavitud porque, durante la Revolución Francesa, la isla estaba en manos de Reino Unido". "Algo que, dicho de paso, los planteros siempre agradecieron", añade Dorigny. Sin embargo, este rumor siempre recorrió las calles de la capital de la isla, Fort-de France, y hace años que la estatua de mármol blanco de Josephine fue decapitada. Lució sin cabeza durante décadas y, en agosto de 2020, con la oleada de acciones tras el asesinato de George Floyd, fue rota en mil pedazos.

Napoleón, impecable currículum estratega

Fue un estratega incomparable y en una década triplicó las dimensiones del territorio francés. Según los historiadores, la tasa del 90% de éxito en sus batallas se debe a su conocimiento estratégico, la fuerza de su armada y la motivación de sus soldados. El dictador galo tuvo un vasto conocimiento del arte de la guerra, gracias a su experiencia como militar de carrera, pero también por la vía académica. Fue un lector nato y, entre sus obras de cabecera estaban la guerra de las Galias de Julio César o el Arte de la Guerra, de Nicolás de Maquiavelo.

El emperador nunca dejó su suerte en manos del azar. Por ello dedicaba parte de sus jornadas a un estudio minucioso del terreno donde planteaba una batalla, con la ayuda inestimable del ingeniero que le proveía con los planos y mapas necesarios. Pero, una de sus grandes bazas fue, sin lugar a dudas, el uso de espías en territorio enemigo, a los que utilizaba para recabar información y expandir bulos. El fake news analógico.

El dictador galo triplicó en una década las dimensiones del territorio francés

Sin embargo, a pesar de su impecable curriculum como estratega, y lo controlada que tenía a la opinión pública a través de la propaganda, su reinado duró apenas una década. Consiguió firmar la paz con muchos territorios, paz que nunca le duró mucho, lo que supuso un gran esfuerzo para las arcas estatales. Entre 1802 y 1814, entre el 60% y el 80% del gasto del imperio fue destinado a gasto bélico, que trajo como consecuencia la muerte de 3 millones de soldados y un millón de civiles.

Como consecuencia, uno de los grandes personajes de la historia, murió en la isla de Santa Helena, donde fue desterrado tras perder la batalla de Waterloo. Se trata de un territorio de tan solo 121 kilómetros cuadrados en el océano Atlántico, perteneciente al territorio británico de Ultramar.

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