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Los vecinos encaran el enésimo cambio de alcaldía en Badalona con desencanto y reclaman proyectos a largo plazo

Hablamos con vecinos, paradistas de los mercados y activistas de la cuarta ciudad más poblada de Catalunya sobre el nuevo cambio de guión en la política municipal. La próxima semana se votará la moción de censura a Xavier García Albiol que colocará al socialista Rubén Guijarro como nuevo alcalde. Entre el desinterés y el cansancio, la ciudadanía reclama proyectos reales a largo plazo que contribuyan a mejorar el municipio.

El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, se dirige a ofrecer una rueda de prensa tras el anuncio de la moción de censura de los grupos de la oposición. E.P./Kike Rincón
El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, se dirige a ofrecer una rueda de prensa tras el anuncio de la moción de censura de los grupos de la oposición. Kike Rincón / EUROPA PRESS

Badalona cambiará la próxima semana de alcalde y ya será el cuarto diferente en 10 años. Mociones de censura, dimisiones y bloqueos han marcado el gobierno municipal en la última década y eso ha desencantado a los vecinos, cansados, dicen, que el espectáculo por las sillas eclipse a la propia gestión y a la falta de un proyecto de ciudad.

"Yo no sé ni quién hay, en el Ayuntamiento. Estamos abandonados", dice Elena Rodríguez, paradista del mercado de Sant Roc. "No influye en el día a día. A mí no me interesa", añade Sergio, pescadero, unas paradas más allá. "A mí no me gusta lo que le han hecho (a Albiol). Se nota cuando está él, siempre hace cosas por el barrio", discrepa Pepi. "Se preocupa más que Sabater y Pastor, está mucho en los barrios y habla con la gente", explica Manoli, de la panadería. "[El cambio de alcalde] no preocupa mucho, la gente va a lo suyo", dice otro paradista, éste del mercado Torné, en el centro.

Hay consenso en que tantos cambios no permiten construir proyectos a medio o largo plazo

Opiniones de todos los colores, pero con una base común: tantos cambios no permiten construir proyectos a medio o largo plazo y la ciudad se resiente. "No hay un proyecto de ciudad y eso es lo que a mí me desencanta", explica Odile Arqué, filóloga y escritora.

El PP fue la lista más votada en las elecciones de 2011 y Xavier García Albiol llegó a la alcaldía (2011-2015), que pasó tras las siguientes elecciones a Dolors Sabater, de Guanyem-Badalona en Comú (2015-2018), reemplazada a través de una moción de censura por el socialista Àlex Pastor (2018-2020), dimitido por ser detenido conduciendo borracho durante el confinamiento y sustituido de forma interina escasos días por la cabeza de lista de los Comuns, Aïda Llauradó. Desde mayo de 2020 Albiol recuperó la alcaldía al romperse el pacto de gobierno, pero la próxima semana previsiblemente la perderá por la moción de censura que hará alcalde a Rubén Guijarro, del PSC. Es decir, en un mismo mandato habrá tres alcaldes.

"Si eres un ciudadano normal y corriente, tienes la sensación de que esto no va contigo. La gente no se siente representada", lamenta Arqué. La desidia e inacción del consistorio es un sentimiento generalizado. "Estos años no se han podido hacer demasiadas cosas por culpa de los cambios", apunta Francesc Sabater, implicado en un esplai del centro. "Con los cambios se paraliza todo", añade un cliente de Manoli, de la panadería, que está implicado en una asociación vecinal. Él conoce a Guijarro, número dos del exalcalde Pastor, pero explica que la mayoría de vecinos no. Así lo corroboran la mayoría de paradistas consultados.

Un gobierno en minoría

Aritméticas complicadas y el aumento del número de partidos en el consistorio han sido dos factores clave en la política de la última década. Hay una sensación compartida de que hay demasiados partidos. "No dejan hacer nada a nadie, no acaba de hacerse nada", dice un paradista del mercado Torné. "Albiol ha gobernado porque el resto de candidaturas no se han puesto de acuerdo, pero cuando lo hacen, esta política no tiene nada que hacer", afirma Enric Elejalde, activista social y miembro de Anticapitalistas. Los bloqueos y mociones de censura han estado a la orden del día y han profundizado la inestabilidad política.

Este nuevo cambio trae incertidumbre pero también hay quien tiene sensación de esperanza

Este nuevo cambio trae incertidumbre pero también hay quien tiene sensación de esperanza, como Elejalde, que dice que es una sensación compartida en los movimientos sociales: "A pesar de las limitaciones que supone la situación actual, hay esperanza de que algo se note", afirma. Sin embargo, el hecho de que se trate, de nuevo, de un gobierno en minoría, merma su capacidad de acción. "Nos gustaría que el gobierno fuera con otros partidos y no sólo del PSC, pero echar a Albiol es lo importante", afirma contundente Cristina Gotzens, también parte del mismo esplai que Sabater.

Y es que entre los detractores del actual alcalde, se trata de una muy buena noticia el hecho que la oposición se haya puesto de acuerdo, a diferencia de hace dos años, cuando fueron incapaces de articular un gobierno alternativo. Jaume Oliveras, militante histórico del PSUC, fue concejal en el primer ayuntamiento democrático de la ciudad y en 2014 fue uno de los impulsores de la candidatura de Guanyem, aunque hace tiempo que está desvinculado. Considera que la moción era "necesaria" por "higiene democrática", para echar a un alcalde vinculado a irregularidades como las que mostraban los papeles de Pandora.

Pese a celebrar el acuerdo, Oliveras lamenta que no sea "amplio" y sirva para formar un gobierno de coalición. "Había que haber intentado un acuerdo amplio de seis años para avanzar en el proyecto de ciudad. En un año y medio, las elecciones podrían modificar los concejales, pero no el acuerdo", explica.

¿Qué retos hay en la ciudad?

"Creo que se puede hacer mucho, pero tengo mis dudas sobre si se va a acabar haciendo", afirma Oliveras. Explica que ahora existe un presupuesto extraordinario de 78 millones de euros provenientes del superávit municipal, congelado por la ley Montoro y liberado en el verano de 2020. El total eran 155 millones, de los cuales 78 se destinaron a hacer un presupuesto de inversiones, pero todavía se han ejecutado muy pocos. En estos 18 meses, el nuevo gobierno podrá invertirlos. El presupuesto ordinario, dice Oliveras, está ya preparado y se puede aprobar pronto. "Con esto y con la mayoría de inversiones para actuar ya, este consistorio tendría dinero para invertir e intentar dar una imagen de gestión", afirma.

Reabrir la biblioteca central, reparar el Pont del Petroli o disolver la unidad Omega, entras las prioridades

Sin embargo, los vecinos comentan que es muy difícil que el Ayuntamiento les haga caso y que parece que, literalmente, no haga nada. "Tenemos una administración local muy anquilosada, con poca capacidad de gestión, y un gobierno que no dejará de ser débil, con sólo 12 de 27 concejales", señala Oliveras. "Hablar con el Ayuntamiento y conseguir cosas es casi imposible, es como si nadie trabajara", añade Gotzens. "Con la Covid se ha complicado mucho poder hacer gestiones", se suma Elena Rodríguez, del mercado de Sant Roc. "Yo he perdido la fe en la administración, ni nos escuchan ni nada", dice Jordi Armengol, carnicero en el mercado Torné.

Para Oliveras existen "asignaturas pendientes clarísimas" como la reapertura de la biblioteca municipal central o la rehabilitación del Pont del Petroli, que se partió en dos durante el temporal Gloria, en enero de 2020. Renovar el concierto de limpieza, finalizado el año pasado, o establecer una "política clara" de seguridad ciudadana son otras cuestiones a abordar. Gotzens y Sabater señalan la importancia de que se disuelva la unidad Omega, una brigada de la policía municipal que actúa como antidisturbios creada por Albiol que, denuncian, prácticamente "persigue" a los jóvenes. "Lo hizo para marcar músculo y no tendría sentido que siguiera", señala Sabater. Conseguir espacios alternativos de ocio nocturno para los jóvenes también es otra de las prioridades.

Hay retos que van más allá y por los que los vecinos sostienen que tampoco se ha trabajado en los últimos años. "Hay mucha pobreza. [Sant Roc] es un barrio obrero como cualquier otro", dice Elena. Para Arqué, Badalona tiene "problemas estructurales" como todas las ciudades del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). "La ciudad está empobrecida, hay desahucios, gente durmiendo en la calle... Y los conflictos vecinales producidos por la misma pobreza que cada día van en aumento", añade Oliveras.

¿Volverá a ganar Albiol?

García Albiol ha sido en tres ocasiones la lista más votada. "Hace mucho por la ciudad. Como él no hay nadie, siempre hace cosas por el barrio, se nota cuando está él", dice Pepi. Vive en Montigalà y asegura que "se volverá a presentar y ganará". Él mismo ha confirmado que optará a la reelección en 2023 y en la ciudad hay opiniones divididas sobre qué va a pasar. La mayoría de paradistas se muestra convencido de que volverá a ser la lista más votada. "En los barrios va haciendo cosas. En el centro, no", afirman unos pescaderos del mercado Torné. Sabater también lo cree y dice que estar en la oposición incluso le puede servir para tener otro altavoz y empezar a hacer campaña desde el primer día.

"Es capaz de comunicar y prometer cosas que aunque después no cumpla quedan muy bien, haciendo uso de la demagogia y sacando los peores sentimientos de algunos sectores de la población", señala Lejalde. Sacó partido del "mensaje duro" contra cuestiones como la delincuencia, la suciedad y la migración y eso caló en algunos sectores de la ciudad. A través de un discurso populista, haciendo uso de su carisma y creando una imagen de prestigio ha logrado distinguirse de la formación a la que representa, remarcan algunos de los entrevistados, hasta tal punto de que en algunas campañas el logotipo era prácticamente inexistente. Esto ha facilitado captar voto anteriormente socialista, antes bastante predominante en el municipio. "Se ha ganado a la gente con la idea de que se preocupa por ellos, va al barrio, se hace fotos", dice Sabater. "Hace cosas visibles por la gente en el día a día, pero no hace políticas reales", añade Gotzens.

¿Alguien podría disputarle la victoria en los próximos comicios? Para Arqué, "debería salir alguien con un liderazgo y un carisma que pudiera atraer a este tipo de votantes". Un hecho que, por ahora, no se prevé, pero en 18 meses el escenario podría volver a cambiar.

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