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La sociovergencia se expande a más de 40 ayuntamientos catalanes y puede sumar Barcelona en pocas semanas

Junts y el PSC mantienen un amplio espectro de acuerdos en el mundo local a pesar de la tensión verbal. Un posible pacto para el Gobierno barcelonés estrecharía aún más las relaciones tras el acuerdo con el PSOE para la investidura.

Investidura de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona
El socialista Jaume Collboni saluda al candidato de JxCat, Xavier Trias, en una imagen de archivo.  Efe

Si solo atendiéramos a la tensión verbal que los dirigentes de Junts aplican en sus críticas y comentarios hacia los socialistas podríamos concluir que la relación entre ambos partidos es inexistente o prácticamente nula. Especialmente en Madrid, con las intervenciones en el Congreso de Míriam Nogueras, o desde Bruselas por parte del expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Incluso después del acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez, se podría hablar de antagonismo entre ellos, con Junts situando al PSOE aún como "represor" y equiparándolo al PP en el "bloque del 155" –por el apoyo en su día a la aplicación de la suspensión de la autonomía–. Pero lo cierto es que, si se aplica la lupa en la cotidianidad catalana, se detecta una revigorización de la llamada sociovergencia que une a postconvergentes y socialistas, especialmente en el ámbito local.

La sociovergencia municipalista se ha ido abriendo paso con múltiples pactos entre el PSC y Convergència

No es nada nuevo, pero lo cierto es que la sociovergencia se consolida en Catalunya paso a paso, en medio -y a pesar- de los contundentes reproches independentistas hacia el partido socialista. Desde que el modelo del tripartito de izquierdas saltó por los aires, primero en 2010 saliendo del Govern de la Generalitat y posteriormente en 2011 perdiendo en multitud de ayuntamientos gobernados hasta entonces por las izquierdas catalanas, la sociovergencia municipalista se ha ido abriendo paso con múltiples pactos entre el PSC y Convergència primero y ahora con Junts como heredero postconvergente.

Solo en el fragor de los momentos de más tensión del 2017 se rompieron algunos gobiernos municipales de Junts con el PSC, pero se reeditaron posteriormente en 2019 llegando a gobernar cuatro años juntos múltiples ayuntamientos, numerosos consells comarcals (organismos que gestionan servicios supramunicipales de ámbito comarcal) y la todopoderosa Diputación de Barcelona.

Junts y PSC en más de 40 ayuntamientos catalanes

Las elecciones municipales del 28 de mayo del año pasado no han frenado la tendencia, bien al contrario han dejado un mapa local en Catalunya en que la sociovergencia se expande por más de 40 ayuntamientos gobernados por Junts y el PSC, así como un buen número de consells comarcals.

En las diputaciones es donde la sociovergencia ha sufrido un retroceso al no reeditarse el gobierno del PSC con Junts en la de Barcelona. Por el contrario, ERC ha llegado a acuerdos para gobernar con los socialistas en las diputaciones de Barcelona, Tarragona y Lleida, torpedeando las avanzadas negociaciones que, de hecho, mantenían socialistas y el partido de Puigdemont en algunas de ellas. La Diputación de Girona es la única donde ha sido posible un acuerdo independentista con un gobierno entre Junts y ERC.

El PSC fue el gran beneficiario de los pactos municipales

Y es que el PSC fue el gran beneficiario de los pactos municipales ya que, gracias a su crecimiento y buen resultado electoral, ha podido jugar sus cartas con acuerdos a banda y banda del independentismo, tanto con Junts como con ERC, en un gran número de municipios catalanes. Aprovechando así la pugna entre los dos partidos mayoritarios del independentismo por la hegemonía territorial y en este sector político.

La competición directa en muchas poblaciones hace que Junts intente evitar las alcaldías de ERC y viceversa. En la mayoría de casos, con el concurso de los socialistas, que son los grandes beneficiarios. También inciden aspectos ideológicos y dirigentes municipales de Junts admiten sentirse "más cómodos" con el PSC en "temas económicos y de gestión", u otros como la inmigración, en que ERC mantiene posiciones más izquierdistas.

Barcelona puede catapultar la sociovergencia

A pesar de que la equidistancia del PSC permite encontrar pactos locales a banda y banda del independentismo, la sociovergencia supera en número de municipios los pactos de los socialistas con ERC. En cualquier caso, el ayuntamiento que sin duda decantará la balanza será el de Barcelona. Las negociaciones entre el alcalde Jaume Collboni, del PSC, y el grupo municipal de Junts que lidera Xavier Trias han sido intensas pero se mantienen en un parón por las fechas navideñas. Collboni certificó a Público que no habría negociaciones durante este paréntesis festivo, aspecto confirmado por Xavier Trias.

Las negociaciones entre Jaume Collboni y Xavier Trias están avanzadas

Los contactos se reanudarán en breve, esta misma semana, aunque tanto Collboni como Trias aseguran que no hay prisa y que las conversaciones y la decisión final podrían llegar en semanas o algunos meses. Como ya avanzó Público, la fuerte tensión entre Collboni y Barcelona en Comú aleja la posibilidad de un gobierno de izquierdas en Barcelona, a pesar de que fuentes municipales socialistas aseguran que este escenario no está descartado. Pero lo cierto es que las negociaciones entre el PSC y Junts andan avanzadas y, según fuentes conocedoras de los contactos, en la inminente reanudación de las conversaciones estará ya sobre la mesa el posible programa de Gobierno conjunto, la estructura organizativa del gobierno de coalición y también se está hablando del presupuesto municipal.

De acabarse cerrando un acuerdo de Gobierno entre el PSC y Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, no hay ninguna duda que ello supondría un paso de gigante en la consolidación de la sociovergencia en Catalunya. Por volumen de habitantes y presupuesto y por el simbolismo que imprime la capital catalana. Pero Barcelona lideraría un proceso que se expande por un total de 42 municipios, en que Junts y PSC se sustentan mutuamente como mínimo (entre los 947 municipios de Catalunya puede darse algún caso más en pueblos pequeños). Y a los que habría que sumar algunos acuerdos en los que, además de Junts y el PSC, concurren otros partidos, o en los que se ha llegado a un acuerdo a pesar de tener mayoría absoluta uno de los dos.

Larga lista de municipios de la sociovergencia

El PSC consiguió, después de las municipales, 19 alcaldías pactando con Junts, y los postconvergentes han logrado 23 alcaldías pactando con los socialistas. En cambio, ERC solo ha dado nueve alcaldías a los socialistas, aunque los republicanos han conquistado 19 alcaldías gracias a acuerdos con el PSC. Como se puede comprobar, los acuerdos de la sociovergencia son mayoría, y el número total de acuerdos, tanto de Junts como de ERC con el PSC –unos 70–, son muy superiores a los 17 pactos municipales a los que los dos partidos independentistas habrían llegado en el conjunto de Catalunya.

Los acuerdos de Junts y el PSC corresponden en 15 casos a municipios de más de 5.000 habitantes

En cuanto a la magnitud demográfica, los acuerdos de Junts y el PSC corresponden en 15 casos a municipios de más de 5.000 habitantes. El PSC y Junts se han entendido para arrebatar a ERC alcaldías como las de Roses, la Bisbal d'Empordà, la Ametlla de Mar, Manlleu, Lliçà de Vall, Puigcerdà o Montgat.

Pero la lista de la sociovergencia también incluiría municipios como Gavà, Sant Feliu de Llobregat, Lloret de Mar, Calafell, Esparraguera, Calella, Tordera, la Garriga, Cubelles, Vallirana, la Ràpita, Cunit, Castell-Platja d' Aro, Calonge i Sant Antoni, Premià de Dalt, Cervera, Sentmenat, Llagostera, Viladecavalls, Vilafant, Dosrius, Llançà, Sant Pere de Vilamajor, el Catllar, Quart, Campdevànol, Vilallonga del Camp, el Bruc, Perafort, Riba-roja d'Ebre i Prades, entre otros.

La ciudad más importante que gobiernan conjuntamente -a la espera de Barcelona- es Sabadell, donde el PSC y Junts han reeditado la sociovergencia de los últimos cuatro años, a pesar de que el resultado ha sido una mayoría absoluta para la alcaldesa socialista Marta Farrés y un retroceso de Junts.

Esta larga lista de municipios sociovergentes, que disponen de alcaldía socialista o de Junts según el caso, incluye algunas capitales comarcales y se distribuye por igual en las cuatro provincias catalanas. La mayoría son gobiernos formados por el PSC y Junts, aunque en algunos casos se incluye alguna otra fuerza política de todos los colores, desde el PP que se suma a Junts y el PSC en Calonge y Sant Antoni, o la CUP que apoyó la sociovergencia en Campdevànol, hasta grupos locales.

En todos estos casos la suma de Junts y el PSC son la base del acuerdo o para la investidura o para la gobernabilidad y se pueden considerar sociovergencia. También encontraríamos algunos casos en que Junts y el PSC contarían con el concurso de ERC, como Olèrdola, o los comuns (Lloret de Mar) pero son muy esporádicos.

El mapa municipal indica que la sociovergencia está fuerte y en franca expansión a la espera de lo que pueda pasar en Barcelona. También se entrevé en los pactos comarcales donde Junts y el PSC gobiernan juntos en una docena de los 40 consells comarcals de Catalunya.

La fuerte caída de la influencia y presión que ejercía el procés independentista, la ruptura de los dos bloques en que los últimos años se dividía la política catalana entre independentistas y constitucionalistas y la imposibilidad de Junts de volver a los pactos que CiU mantuvo con el PP –al menos mientras los populares mantengan la dura posición actual contra el independentismo- durante el tiempo de los tripartitos, permite cada vez más el acercamiento entre socialistas y postconvergentes. En una pinza para frenar la pujante Esquerra Republicana que ha pasado de ser un partido auxiliar de las izquierdas a una fuerza que pugna por la hegemonía política.

Argumentos y críticas cruzadas

Sobre esta cuestión todos los partidos aluden a "la independencia municipal" que guía los pactos municipales. Junts y ERC se acusan mutuamente de la responsabilidad de que los pactos entre independentistas no sirvan para alcanzar más alcaldías en beneficio del PSC. Pero para ERC "la tendencia hacia la sociovergencia es clara", asegura un miembro de la dirección nacional que reprocha a Junts que "por un lado critican nuestra política de pactos pero después ellos llegan a muchos más acuerdos con el PSC".

ERC defiende que sus pactos siempre tienen como condición "que un independentista esté al frente de las instituciones", a pesar de que este axioma se rompería en parte en el caso de la Diputación de Barcelona que preside la socialista Lluïsa Moret. Aunque es cierto que los republicanos se incorporaron al gobierno después de la elección de Moret, en la cual no participaron.

Por su parte, Junts alega: "No podemos estar fuera del mundo, y nosotros debemos estar con capacidad de poder gobernar y sacar adelante las cosas, debemos ser inteligentes", en palabras de Xavier Trias. Aunque también hay sectores como los de Laura Borràs que no ven con buenos ojos las alianzas con los socialistas.

Y en cuanto al PSC, desde la dirección del partido se limitan a decir: "Somos coherentes con lo que planteamos antes y después de las elecciones municipales, que nosotros exploraríamos pactos con todo el mundo menos con Vox, y en cada municipio los actores son diferentes siempre buscando el mejor gobierno para los vecinos y las vecinas". Una declaración formal a la que un dirigente socialista añade con ironía: "Hemos sido generosos tanto con Junts como con ERC".

¿Sociovergencia hacia el Govern?

La sociovergencia es ya un actor de primer orden en Catalunya

Con este mapa local, un posible pacto en Barcelona, y después de los acuerdos de Junts con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, quedan ya pocas dudas de que el tablero político se ha movido en Catalunya y que la sociovergencia es ya un actor de primer orden. Y ello abre la incógnita suprema, que no es otra que la del papel que esta tendrá en los posibles pactos postelectorales de las próximas elecciones catalanas dentro de poco más de un año, o quizás algo menos.

Con un Govern de la Generalitat que forzosamente deberá volver a ser de coalición y en el que los pactos entre el PSC y Junts -veremos si con Salvador Illa al frente como ganador o si Puigdemont puede presentarse a los comicios- ya no es un anatema, por mucho que la retórica verbal de algunos indique lo contrario.

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