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Los posibles pactos tras el 12M marcan el debate electoral de TVE, en el que se amplía el acuerdo antifascista

Junts insiste en una alianza independentista bajo su liderazgo, Illa solo cierra la puerta a la extrema derecha, tanto ERC como la CUP aseguran que la clave para entenderse será el "qué" y los Comuns reprochan al candidato del PSC que no descarte un acuerdo con Puigdemont.

Posibles pactos elecciones
Los principales candidatos de Catalunya, durante el debate electoral organizado por RTVE con los candidatos a las elecciones  del próximo 12 de mayo, a 2 de mayo de 2024 en Barcelona. Alejandro García / EFE

Si una cosa queda clara en todas las encuestas para las elecciones al Parlamento de Catalunya del día 12 de mayo es que ningún partido podrá gobernar sin alianzas con otras formaciones. Esto explica que a medida que se acerque la votación buena parte del interés lo acaparen los posibles pactos postelectorales y esto justamente es lo que ha pasado en el debate de TVE, el primero que se ha celebrado en televisión durante la campaña. Con todo, no se puede decir que los candidatos –todas las cabezas de lista excepto Carles Puigdemont, que ha sido sustituido por el número tres de Junts, Josep Rull– hayan aclarado mucho el escenario, más allá de lo repetido en los días previos.

La principal novedad de la cita televisiva ha sido que tanto el PSC como Junts se han comprometido a adherirse al acuerdo antifascista, firmado hace unos días por ERC, la CUP y los comuns y que comporta rechazar cualquier pacto con la extrema derecha, con independencia que sea la de Vox o la de Aliança Catalana, si es que la formación de Sílvia Orriols entra en el Parlament. El candidato de Vox, Ignacio Garriga, ha intentado llevar el debate a los temas preferidos de su formación, como el alarmismo securitario o la criminalización de las personas migradas, sin ningún éxito y siendo bastante ignorado por el resto.

El de los pactos ha sido el bloque que ha cerrado el debate y ha servido al socialista Salvador Illa, que lidera las encuestas, para situarse en una posición central. Solo cierra la puerta a pactos con la extrema derecha, pero no ha ido más allá a la hora de concretar con quién querría gobernar –si es que tiene suficientes apoyos para ser investido–, más allá de aspirar a un Ejecutivo estable. Illa, directamente, ha preguntado al resto de candidatos "si bloquearán" una investidura que ha asegurado que intentará.

ERC y Junts han protagonizado un nuevo capítulo en su eterna pugna por ser la primera fuerza independentista, con varias críticas cruzadas por su gestión –de Junts a ERC– o por su modelo fiscal y la corrupción en el pasado –de ERC hacia Junts–. Rull ha descartado un acuerdo con el PSC, asegurando que Illa y Puigdemont representan modelos antagónicos en cuanto a "la ambición nacional" y ha apostado por una alianza independentista con su formación al frente, tal como defiende desde hace días el expresident de la Generalitat.

Aragonès, en cambio, ha asegurado que su intención es buscar un acuerdo en base "al qué" y, en este sentido, ha situado tres cuestiones como prioritarias: conseguir una financiación "singular" para Catalunya, negociar un referéndum acordado y reforzar el Estado del bienestar y la lengua catalana.

También la cabeza de lista de la CUP, Laia Estrada, ha planteado pactar a partir de propuestas, citando como temas claves afrontar "la emergencia social y ambiental" y "avanzar en el proceso de autodeterminación". A la vez, le ha preguntado a Aragonès si pactará con Salvador Illa y ha manifestado que tanto Junts como el PSC "comparten el modelo económico de la patronal", un modelo que, para Estrada, no hace posible "avanzar en el proceso de autodeterminación".

Finalmente, Jéssica Albiach (Comuns Sumar) ha insistido en la voluntad de su partido de formar parte de un gobierno progresista y ha lamentado que Illa –con quien está dispuesta a pactar, cosa que le ha comportado las críticas de la CUP– no rehúse entenderse con Junts.

Amplio consenso por una nueva financiación

Previamente se había abordado la amnistía, un ámbito donde las posiciones de partida estaban muy claras –críticas furibundas de la triple derecha y extrema derecha españolista de PP, Cs y Vox– y defensa del resto. Aragonès ha hecho bandera de conseguirla y ha insistido en que inicialmente el Gobierno había dicho "no a la amnistía", para asegurar que en un futuro también "dirá sí" a la financiación singular de Catalunya y al referéndum, afirmación que la CUP descarta.

Illa, a su vez, se ha presentado como un "defensor de Catalunya" y ha asegurado que "creo que puedo hacer más para defenderla yo en diez minutos que otros en diez años", en referencia a los gobiernos independentistas que se han sucedido en este tiempo, que considera una "década perdida".

En la demanda de una mejor financiación el consenso ha sido más amplio, ya que la comparten PSC, Comuns, ERC, Junts y PP, pese a que con matices diferentes. La CUP, en cambio, se aparta, con el argumento que Catalunya "solo gestionará todos sus impuestos si es independiente".

En este ámbito, ERC y Junts plantean un modelo en que Catalunya recaude todos sus impuestos, si bien a partir de aquí difieren en las propuestas fiscales, con Junts defendiendo rebajas en impuestos "que graban la riqueza", como patrimonio y sucesiones, según ha subrayado el candidato de ERC.

Rull también ha puesto el foco en un "déficit fiscal demoledor" y en el incumplimiento constante de las inversiones previstas por el Presupuestos Generales del Estado en Catalunya, mientras que Illa, Alejandro Fernández (PP) y Albiach han defendido una mejor gestión y han discrepado en el modelo de infraestructuras, con la candidata de los comuns pidiendo más inversión en Rodalies "en vez de ampliar el aeropuerto del Prat".

Los servicios públicos habían abierto el debate, con muchas críticas a la gestión que ha hecho el Govern de Aragonès: desde un Rull que ha asegurado que "han empeorado" desde que Junts salió del Ejecutivo, a un Illa que los sitúa como su máxima prioridad si es el presidente, pasando por la "degradación" o "desmantelamiento" en que se encuentran, según Albiach y Estrada, respectivamente, por no "revertir" los recortes de hace más de una década. Aragonès, en cambio, se ha comprometido a "seguir avanzando" después de asegurar haber conseguido "más médicos, más maestros y más Mossos" durante su presidencia.

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