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José Ignacio García (Adelante): "El andalucismo de Moreno Bonilla cabe en la cartera de la patronal"

En esta entrevista, el portavoz de Adelante afirma: "Hubo mucha gente que vio con con optimismo que entrara aire nuevo en la Junta de Andalucía y ahora se está viendo la verdadera cara de Moreno Bonilla, que es la de la privatización de la sanidad".

José Ignacio García, diputado de Adelante.
José Ignacio García, diputado de Adelante. Público / Cedida

José Ignacio García (Jerez, 1987) tuvo unos últimos días intensos. Por un lado, es el nuevo portavoz de Adelante Andalucía, la cara visible del partido andalucista y de izquierdas. Sustituye a Teresa Rodríguez, que seguirá como coportavoz, en ese puesto. Además, su partido, el más pequeño del Parlamento andaluz, con dos diputados, logró un éxito político. Todos los partidos votaron a favor de su propuesta de ir al Congreso a reclamar gafas gratis para todos los menores que lo necesiten. 

En esta entrevista, García asegura que el traje impecable que parece vestir el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla está empezando a resquebrajarse y explica dos decisiones de cierta relevancia política. Una, la renuncia a presentarse a las europeas. Y dos, el rechazo a incluirse en una plataforma –la primera con alguna ambición de dar la batalla a la hegemonía del PP en Andalucía– en la que los partidos de izquierdas se han aliado con parte del tejido social andaluz con la idea de combatir al gobierno de Moreno Bonilla. 

Aunque cada una de las cuestiones se explica con sus propias razones, hay una lógica común detrás de ambas: fortalecer el proyecto de Adelante desde abajo con el objetivo, ya sin Rodríguez como cabeza de cartel, de estar en el próximo Parlamento andaluz. Así lo explica García: "Es tiempo de preparar con calma una alternativa que permita la implantación de un proyecto político serio conectado con los sectores sociales y con toda la capilaridad en todo el país, que es Andalucía, para que dentro de dos años tengamos la fuerza de ser la principal oposición a Moreno Bonilla".

¿El PSOE de Andalucía y el PP de Andalucía es para Adelante exactamente lo mismo?

El PP es el partido de los ataques a la gente normal y corriente y el Partido Socialista es de la renuncia, que no es lo mismo. No es lo mismo atacar que renunciar a avanzar en derechos y en mejoras sociales. Yo creo que hay mucha gente trabajadora que se siente interpelada por el Partido Socialista, pero también creo que objetivamente el Partido Socialista hace unas políticas que en última instancia acaban siendo perjudiciales para la mayoría social.

Los grandes recortes en sanidad fueron del PSOE. La escuela privada concertada fue del PSOE. Estamos viendo cómo hay una política de gasto armamentístico y militar enorme a nivel estatal. Hay acuerdos con Israel. Todo eso es el Partido Socialista. Y el Partido Popular lo que hace es radicalizar esas políticas en contra de la clase trabajadora. Para nosotros no son lo mismo, pero ninguno de los dos es la solución.

¿Por qué no entrar en la plataforma andaluza por la mayoría social, que se presentó esta semana, donde hay obviamente partidos, pero también colectivos sociales? ¿Cuáles son las razones de Adelante?

A nosotros nos llamaron. Pero nosotros entendemos que eso es una iniciativa impulsada por el PSOE y Sumar, que en realidad lo que pretende es replicar el Gobierno de Pedro Sánchez en Andalucía. Nosotros tenemos enormes diferencias con eso. Evidentemente preferimos un gobierno del PSOE a uno del Partido Popular. Y con el PSOE coincidimos en cosas. Yo llamo a las portavoces de aquí del Parlamento. Presentamos cosas conjuntas. 

Pero nosotros somos otra cosa. Creemos que hace falta una izquierda, por un lado, que no arrastre los pies, que sea valiente, que defienda a la gente trabajadora con orgullo y con ambición, que tenga ideas nuevas, que tenga capacidad de ilusionar, que tenga otras cosas que no representa el Partido Socialista. Y, por otro lado, si algo caracteriza al Gobierno de Pedro Sánchez es que es un gobierno que olvida sistemáticamente a Andalucía.

El día 28 de febrero, cuando muchos salimos a la calle a defender nuestra autonomía y celebrar el Día de Andalucía, el Boletín Oficial del Estado publicaba la ampliación del cementerio nuclear del Cabril, algo a lo que en teoría se oponía la izquierda. Resulta que el único cementerio nuclear que hay en todo el Estado nos toca en Andalucía. Siempre la industria más contaminante, la que menos valor añadido tiene, la que menos empleos genera.

Y ahora también los vertederos que nadie quiere de esa industria. La mierda que nadie quiere, también para Andalucía. Es un ejemplo de lo que hace el Gobierno de Pedro Sánchez en Andalucía. Por tanto, a la hora de presentar iniciativas de oposición al Gobierno de Moreno Bonilla, vamos a apoyar todas las que compartamos. Pero nosotros no queremos replicar el Gobierno de Pedro Sánchez en Andalucía.

Nosotros queremos más. Queremos ser ambiciosos. Si en algún sitio de España se sabe que el PSOE no es la solución, es en Andalucía. El PSOE puso las vías y la maquinaria de privatización de los servicios públicos en Andalucía. El Gobierno Moreno Bonilla solo se montó en la máquina del tren y aceleró al máximo. Somos una fuerza de izquierdas andalucista.

¿Por que renunciar a una lista en las europeas?

Creemos que el momento de que una fuerza de izquierdas y andalucista, que represente la voz de Andalucía tenga éxito electoral rápido y veloz, pasó. Ahora es el momento de construir por abajo. Ahora es momento de asentarnos en el territorio.

Creo que difícilmente una lista ahora mismo puede conseguir voz en Europa. Es tiempo de preparar con calma una alternativa que permita la implantación de un proyecto político serio conectado con los sectores sociales y con toda la capilaridad en todo el país, que es Andalucía, para que dentro de dos años tengamos la fuerza de ser la principal oposición a Moreno Bonilla.

Yo quiero que el andalucismo sea lo que son otros soberanismos en otros territorios: la principal oposición a la derecha, porque es la única izquierda que tiene las manos libres para criticar a Pedro Sánchez y a la vez a hacer una oposición radical a Moreno Bonilla. Eso nos da un papel absolutamente central.

Y yo sé que esto suena pretencioso siendo una fuerza aún de dos diputados, pero es que me creo de verdad que podemos ser la principal alternativa de izquierda al Gobierno de Moreno Bonilla. Y para eso tenemos estos dos años.

Intensos días para usted. Relevo en la portavocía de Adelante en sustitución de Teresa Rodríguez y aprobación de la ley de las gafas gratis a menores en el Parlamento.

Nosotros no tenemos secretario general. Justamente lo teorizamos así. No tengo funciones de mandato, ejecutivas. Ejerzo funciones de representación junto a otra gente, que también hará de coportavoces. Por supuesto, Teresa Rodríguez, por supuesto Pilar González, Néstor Salvador, Mari García y otras compañeras que van incorporándose a estas labores de representación pública.

Simplemente soy la principal cara pública ahora mismo. Esto es un reparto de tareas. Yo he estado al lado mucho tiempo de Tere. Y seguimos al lado. A Teresa la tengo al lado todos los días. La única forma de asumir la política mediático-institucional de una forma medianamente sana es creerse de verdad que lo que hacemos lo hacemos en colectivo. Eso quiere decir que ni cuando nos equivocamos y hacemos las cosas mal, la culpa es mía, pero cuando hacemos las cosas bien, como las gafas, tampoco es cosa mía. Es un trabajo colectivo.

Parte de la izquierda interpreta que Adelante tiene una cierta cercanía política con el PP, que ejerce una oposición a Moreno Bonilla más amable. ¿Qué piensa de esa crítica?

Yo les animo a que presenten leyes que sean tan de sentido común y tan aceptadas como es la ley de las gafas gratuitas. Yo creo que cuando algo es de sentido común en la calle, es muy difícil oponerse aquí. Yo creo que esa es la única clave. La aritmética es secundaria. El Parlamento es un teatro, que representa en algunos momentos las fuerzas sociales que hay en la calle. Pero la mayoría de momentos, no representa eso.

Nosotros tenemos que intentar encontrar las brechas para que haya momentos en los que la correlación de fuerzas cambie. Por eso es tan importante para nosotros la implantación en la calle. Creo que cualquiera que nos siga un poco, aunque sea de lejos, no puede decir que nosotros no estemos haciendo una oposición dura a Moreno Bonilla.

Hemos presentado una comisión de investigación para que se investiguen los contratos de emergencia que hubo en el año 2020 y 2021. Hemos denunciado la privatización de la sanidad y casos que está denunciando, por ejemplo, Maribel Mora. Estamos encabezando reivindicaciones que están siendo movilizaciones laborales muy fuertes contra la Junta de Andalucía. Hemos participado en la huelga de la educación especial contra la Junta de Andalucía.

Yo creo que es absurdo decir que nosotros no hacemos una oposición fuerte a Moreno Bonilla. Lo que pasa es que lo compaginamos con una serie de ideas imaginativas y originales que permitan que la vida real que hay fuera del Parlamento entre un poquito dentro. Y ahí hablamos de las gafas gratuitas, de la tasa turística, hemos dicho varias veces que traeremos una ley sobre la menopausia, hemos presentado mociones sobre salud mental. Es decir, son cosas que son originales, que son de sentido común, a las que es muy difícil oponerse. Eso no está reñido con una oposición contundente y con denunciar todo.

¿Esa es la manera de afrontar una oposición a Moreno? Lleva ya cinco años al frente de la Junta de Andalucía y no parece que tenga desgaste.

Moreno tiene una habilidad: el control férreo de la imagen y de algunos medios de comunicación públicos, la RTVA, que hacen de él una imagen que cada vez es menos real.

Pero creo que se están rompiendo algunas cosas entre Moreno Bonilla y el pueblo andaluz. Hubo mucha gente que vio con con cierto optimismo que entrara aire nuevo en la Junta de Andalucía y ahora se está viendo la verdadera cara de Moreno Bonilla, que es la de la privatización de la sanidad, meter un chiringuito de extrema derecha a dar charlas en los colegios, gastarse una millonada en promoción turística y que los trabajadores y trabajadoras del turismo en Andalucía cobren una miseria, estén en precario.

Se están rompiendo cosas. Tienen más desgaste del que ellos se creen. Y creo que ya tienen el síndrome de San Telmo, en el que solo ven lo que pasa dentro de las paredes de San Telmo.

¿Diría que la Semana Santa es un marcador de la identidad andaluza? El otro día hubo una polémica por la inclusión de elementos de esta celebración en los colegios andaluces.

Nosotros somos un partido con cosas peculiares. La única fuerza política de este Parlamento que ha salido a oponerse a esa circular es Adelante Andalucía. Y, sin embargo, defendemos que la Semana Santa forma parte de la identidad andaluza. Eso no quiere decir que todos los andaluces se sientan identificados con la Semana Santa. Es decir, la identidad andaluza es plural, diversa, compleja, contradictoria, como la de todos los pueblos. Los colegios públicos deben ser espacios donde no esté la religión. Tenemos una cierta dualidad que es coherente.

De lo que hace la consejera de Educación, nada es inocente. Estamos ante la consejera de Educación que más promueve el adoctrinamiento ideológico de la historia de Andalucía. Permite la tauromaquia, mete la caza como un contenido curricular, mete a un chiringuito de extrema derecha que organiza charlas contra los personajes LGTBI+ y contra las mujeres que van a abortar.

Defender que la Semana Santa forma parte de la identidad andaluza, ¿lleva a defender que el catolicismo forma parte de la identidad andaluza? 

La Semana Santa andaluza, y subrayo lo de andaluza, no es solo una cuestión religiosa. Va mucho más allá. Lo que la hace especial, singular e identitaria para Andalucía son todos esos componentes populares, culturales, todo eso que va mucho más allá del aspecto católico de la Semana Santa, sino que supone una religiosidad popular, que han estudiado Isidoro Moreno, José Antonio Mancha Castro, Daniel Marín o Grecia Mallorca, gente que interpreta el caleidoscopio que significa lo que es la Semana Santa.

¿Por qué desde la izquierda vamos a renegar de eso? Es más, defiendo que la Semana Santa andaluza tiene componentes anticapitalistas. ¿Qué hay más antineoliberal que llevar un paso a cambio de nada material? ¿Cuántas cosas hay en la vida que cuesten esfuerzo y por las que no se reciba nada material? Hay elementos que rompen esos valores de la cultura de todo se compra y todo se vende, que representa el capitalismo y los centros comerciales. Esos elementos comunitarios son muy positivos.

Llamó la atención cuando Adelante salió a defender a la virgen del Rocío de una sátira en la televisión catalana. 

Me gustaría dejar esto muy claro. Ningún tipo de sketch debe ser delito. Es decir, no quiero que nadie me relacione con los Abogados Cristianos y esa peña, que les puso una denuncia a los humoristas. Iría a defender a esos humoristas ante la ley, a cualquier lugar. Ellos tienen la libertad de hacer ese sketch. Y yo la libertad de que no me guste.

Lo que creo es que en ese sketch no se estaban cachondeando de la religiosidad, sino de la otra parte de la frase: de lo popular. Estaban relacionando determinadas formas de celebrar una fiesta popular con ser cateto, inculto, estar poco formado, ser prácticamente una persona embrutecida.

Y eso, dicho desde la televisión pública catalana, es hacer humor de arriba hacia abajo. No se estaba hablando de religión, se estaban cachondeando de lo popular. Estamos hartos de que en Andalucía se cachondeen de nuestra forma de hablar, de nuestras fiestas o de nuestra forma de ser. Pues no. Ante eso yo voy a saltar las veces que haga falta.

Cambiemos de tercio. ¿El andalucismo de Moreno Bonilla es muy de bandera, pero de poca chicha o cómo lo ve?

Moreno no es andalucista. Su andalucismo, su defensa de la bandera andaluza le cabe en la cartera de la patronal o de las grandes constructoras. Es decir, esto es una cuestión meramente coyuntural en la que usa Andalucía en su batalla partidista con el Partido Socialista contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

La prueba más evidente es que nosotros presentamos una propuesta en el Parlamento para que se exigieran las competencias en los ferrocarriles, algo que recoge el Estatuto de Autonomía. A mí no me molesta que los catalanes tengan Rodalíes. Lo que yo quiero es que haya unos Rodalíes andaluces, para que en todos los pueblos de Andalucía llegue el tren y la gente se pueda mover de una forma accesible barata y no contaminante. Que no tengamos a la mayoría de pueblos de Andalucía sin tren. El mapa ferroviario de Andalucía es de pena.

Y, de pronto, el PP vota a favor. Evidentemente, no era vinculante, era un canto al sol. A las dos semanas, preguntamos y nos dijo que sí, que ya veríamos. Y a los dos meses ya se había olvidado del tema. Lo que le interesaba era el titular del momento para darle a Pedro Sánchez y a los catalanes. Eso no es el andalucismo. Eso es otra cosa.

El andalucismo implica soberanía para decidir nuestro futuro. Significa avanzar en derechos, avanzar en tener más ferrocarril, en mejores condiciones laborales, en mejores servicios públicos, en políticas feministas. Eso es el andalucismo, la capacidad de decidir para coger las riendas de nuestro futuro.

¿Por qué en lugar de pedirle a Moreno Bonilla que financie las gafas a los menores, teniendo en cuenta que estamos en el Parlamento de Andalucía, han elegido ir a Madrid con este asunto?

Hay tres tipos de razones. Una es técnica. El catálogo de servicios del SAS está regulado en un decreto. Nosotros, desde la oposición, solo podemos hacer leyes. Es una incoherencia técnica.

Hay un segundo tipo de razón que tiene que ver con la financiación. ¿Hay dinero en Andalucía para hacer esto? Lo hay. Claro que sí. Lo hay, pero no hay voluntad política. Eso a nadie se le escapa. Entonces, podríamos presentar una ley, hacer un discurso maravilloso, tener muchos likes en las redes, y que no se cumpliera.

Y nosotros queremos que esto sea una realidad, un derecho en el BOE. Y, por tanto, creemos que hay más posibilidad por la aritmética política en el Estado que aquí. Simple y llanamente eso. Además sabemos que el PP utilizaría la excusa de la financiación autonómica para decir que no hay dinero para esto. Es falso, pero pasaría.

Y, por cierto, que no le estamos pidiendo el dinero de nadie al Estado, pedimos el dinero que nos corresponde. No lo paga Sánchez. Lo pagan los trabajadores con su esfuerzo.

Y una tercera línea, que es política. Queremos demostrar que el andalucismo es un soberanismo universal. No queremos un soberanismo excluyente, sino que lo que hagamos repercuta en las clases trabajadoras de todos los pueblos. Queremos un andalucismo que defienda esa Andalucía por sí, los pueblos y la humanidad. Esta es la demostración de que el andalucismo tiene un proyecto y una propuesta universal.

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