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Feijóo y la "peor clase política española" de la democracia: una estrategia para crispar sin dejar rastro

Desde la dirección nacional del PP señalan como "punto de inflexión" de las relaciones con el Gobierno la sesión de investidura fallida de Feijóo en el mes de septiembre.

Alberto Núñez Feijóo
Alberto Núñez Feijóo, durante un mitin de su partido en Catalunya. Lorena Sopêna / Europa Press

"Allá usted, seguro que en su casa no están muy contentos con lo que usted acaba de decidir. Allá usted" (Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, el 13 de marzo en una sesión de control al Gobierno). "Fiestas, fotografías que no se pueden enseñar, armas, tráfico de maletas, decenas de móviles, Ferraris, Lamborghinis, chivatazos... ¿De verdad?"(Alberto Núñez Feijóo, durante la misma sesión de control). "Fui a llamar a Begoña Gómez, que es ella quién suele reunirse allí (en habitaciones de hotel) con empresarios, pero no tengo su teléfono" (Alfonso Serrano, senador del PP y secretario general del PP de Madrid, este jueves 4 de abril).

"Yo creo que el presidente del Gobierno no está para poner ultimátums. Los que ponían ultimátums son sus socios de Gobierno, que ponían ultimátums y luego asesinaban a políticos del PP" (Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, el 2 de abril). "Creo que debería irse de nuestro país en un maletero el propio Pedro Sánchez" (Miguel Tellado, el 13 de noviembre de 2023).

Estas son algunas de las declaraciones recientes de tres altos cargos del Partido Popular: su presidente, su portavoz en el Congreso y la mano derecha de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Ninguna de ellas ha sido ni siquiera matizada por ningún miembro del partido.

Otra manifestación de Alberto Núñez Feijóo ha llamado la atención esta semana: "La clase política es la peor de los últimos 45 años". "Por supuesto", dijo, que incluía ahí al Partido Popular, aunque matizando que "obviamente" no tiene la misma responsabilidad quien gobierna que quien hace oposición.

Desde la dirección nacional del PP señalan como "punto de inflexión" de las relaciones con el Gobierno la sesión de investidura fallida de Feijóo en el mes de septiembre: la intervención del PSOE la hizo el entonces diputado y hoy ministro de Transportes Óscar Puente. Lo sintieron como un desprecio.

Ahondando en la misma idea de la antipolítica, Feijóo insistió el jueves desde Valladolid en que no le "gusta" la política española actual: "Lamento que la agenda del Gobierno esté centrada en referéndum, mordidas o comisiones. No es la agenda que a mí me gustaría tener. Si depende de mí, volveremos a la agenda real", defendió.

Bucle de amenazas

A juzgar por estas declaraciones, el líder de la oposición parecería decidido a bajar el pistón, pero paradójicamente el PP lleva semanas alimentando un bucle de amenazas con llamar a comparecer en una comisión de investigación en el Senado tanto al presidente del Gobierno como a su mujer. Aunque la inclusión de Begoña Gómez en la lista de comparecientes del PP se ha ido enfriando y parece poco probable por las reticencias internas que genera, fueron Feijóo y su equipo quienes lo pusieron encima de la mesa.

"No descartamos nada. Valoramos todo", han repetido durante semanas con la clara intención de dejar esa puerta abierta. Sin embargo, el líder popular intenta desmarcarse ahora de ese movimiento: "No me gusta llamar a la mujer del presidente. No es mi forma de hacer política, no es mi estilo", dijo el miércoles en una entrevista en Antena 3. No obstante, no negó que lo fueran a hacer.

El PP atribuye el órdago a Sánchez y su mujer a la "falta de explicaciones" por la posible influencia de Gómez en la adjudicación de contratos públicos a empresas privadas que desembocaría en un presunto conflicto de intereses por parte del líder del Ejecutivo. De llamar a comparecer al presidente del Gobierno, éste estaría obligado a hacerlo por el artículo 76.2 de la Constitución. ¿Por qué entonces han señalado a Gómez? La respuesta en Génova es que se ha barajado "todo" para saberlo "todo".

La presión del PP sobre este asunto se redobló cuando salió a la luz el fraude fiscal cometido por la pareja de Díaz Ayuso, y gracias al que, según desveló elDiario.es, adquirió la vivienda en la que ahora vive la presidenta de la Comunidad de Madrid.

"¿Quién crispa? Quien roba"

"¿Quién crispa? Quien roba", responden fuentes del equipo de Feijóo. Preguntados por si las declaraciones del líder de la oposición indicaban alguna decisión al respecto del tono que le pedía al partido, responden que no. "La crítica generalizada no nos perjudica", dicen en referencia a la autocrítica que deslizó Feijóo.

Pero para seguir el rastro real de la crispación y las malas formas en política que acusan Feijóo y muchos otros —"Esto cada vez es peor. No sé qué espectáculo estamos dando ni qué pretenden unos y otros", llegó a decir Aitor Esteban (PNV) a la salida de un pleno del Congreso—, ¿dónde hay que remontarse?.

En Génova insisten en que no han dejado de recibir "insultos" desde que llegaron a la política nacional —hace más de una década decía exactamente lo mismo en Galicia—, mientras que el Gobierno define el tono del PP de Feijóo como "matón", con Miguel Tellado como máximo exponente. Duro en el discurso y también en las formas, el elegido por el presidente popular como portavoz en el Congreso ha llevado la rudeza de sus planteamientos a las reuniones parlamentarias. Tal y como publicó El País, el resto de grupos se quejan de que con él la crispación es casi la misma a puerta cerrada.

En el PP ven normal su tono para un partido que está haciendo oposición y aseguran que "hablar de crispación" es el comodín del Gobierno "y sus satélites mediáticos" para desviar el foco del caso Koldo. "Feijóo se está conteniendo", remachan.

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