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Alejandro Fernández cree ganado el pulso a Génova por el control del PP de Catalunya y luchará por las listas electorales catalanas

Los afines al presidente catalán del Partido Popular se hacen fuertes en la dirección después del desafío público a Feijóo, pero han perdido poder institucional defenestrados en las listas de las municipales y las generales.

El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, interviene durante una sesión de control al Govern, a 13/12/2023, en Barcelona, Catalunya
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, interviene durante una sesión de control al Govern, a 13/12/2023, en Barcelona, Catalunya. David Zorrakino / Europa Press.

Alejandro Fernández no es el primer presidente del PP de Catalunya que tiene enfrentamientos con la dirección estatal del partido. Alejo Vidal-Quadras, Josep Piqué, o la aspirante Montserrat Nebrera —cortocircuitada por una Alicia Sánchez Camacho enviada por la dirección estatal— son algunos ejemplos. Todos ellos —y alguno más— fueron defenestrados por decisiones tomadas en Madrid.

Se podría decir que prácticamente todos los presidentes del PP catalán han tenido fricciones más o menos duras con Génova 13, a causa del férreo control que se ha querido mantener desde Madrid de la sucursal catalana. Pero sí que se puede decir claramente que Fernández es el primero que gana el pulso a la dirección estatal del partido y evita ser apartado, como sí lo fueron muchos de sus antecesores.

Y es que Fernández da por ganado el pulso por el control del PP catalán que ha mantenido con la dirección estatal, incluyendo un desafío público a Alberto Núñez Feijóo. El actual presidente del PP de Catalunya se ha blindado en la dirección del partido con un pequeño grupo de afines, a pesar de la voluntad de Núñez Feijóo de sustituirlo.

Y, con un apoyo nada menospreciable de las bases, se ha afianzado internamente al frente del partido, que continuará liderando a pesar de los intentos por apartarlo. Ahora buscando recomponer la unidad interna con una dirección de integración con los dirigentes críticos. Por otra parte, Fernández intentará también recuperar poder institucional, empezando por las listas de los populares en las próximas elecciones catalanas, que se celebraran dentro de un año o un poco antes.

Los afines a Fernández, defenestrados de las listas

En la guerra entre Fernández y Génova, los afines al presidente catalán del partido han quedado fuera de las principales instituciones, ya que todo aquel dirigente próximo a Fernández fue defenestrado de las listas en las elecciones municipales o en las generales.

Eso quiere decir que se han quedado sin ningún representante en el Ayuntamiento de Barcelona, donde Feijóo colocó a Daniel Sirera, recuperándolo del ostracismo en el que quedó después de también ser defenestrado de la presidencia del partido en Catalunya hace 16 años.

Un Dani Sirera que ha sido el emisario de Núñez Feijóo en las negociaciones frustradas con Junts. Unas relaciones con el partido de Carles Puigdemont que han sido el eje principal de la controversia entre el PP catalán y la dirección estatal.

Las duras críticas de Fernández a los contactos con Junts han sido el ariete frontal del presidente del PP catalán contra Génova, y su principal arma para ganarse unas bases del partido —que no la mayoría de los cuadros medios, reacios a enfrentarse a Madrid— totalmente enfrontados al independentismo, y especialmente reacios con la figura de Puigdemont.

"Todos aquellos a los que se nos ha situados como de confianza de Alejandro hemos sido defenestrados en las listas"

"Todos aquellos a los que se nos ha situado como de confianza de Alejandro hemos sido defenestrados en las listas", admite un destacado miembro de la dirección del PP de Catalunya que en el pasado ostentó cargos institucionales.

Y es que en las municipales nadie del núcleo dirigente afín a Fernández entró en ningún ayuntamiento importante, pero tampoco han podido optar a diputados en las listas de las pasadas generales del 23J, encabezadas por un recién llegado desde Ciudadanos como es Nacho Martín Blanco.

Las listas fueron articuladas y validadas desde Génova con la intermediación de dirigentes catalanes afines a Núñez Feijóo, como el actual jefe de filas en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, o el exdelegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, entre otros, pero sin el beneplácito de Fernández.

Los motivos para cargarse a Fernández

La pugna de Fernández con la dirección estatal del PP empezó con la llegada de Núñez Feijóo a la presidencia del PP después de la defenestración de Pablo Casado.

Desde el primer minuto, la nueva cúpula dirigente optó por marginar al presidente del partido en Catalunya, con el objetivo final de sustituirlo en el cargo. Nombrando directamente a Sirera como candidato a la alcaldía de Barcelona y presentándolo en Génova sin ni siquiera la presencia de Fernández, o fichando al exdiputado de Ciudadanos para liderar la lista de las generales, también sin el beneplácito de la dirección catalana.

Los motivos que apuntan dirigentes del PP de Catalunya son diversos. El primero, que Fernández apoyara en su día a Casado en la pugna por la presidencia del partido. Pero quizá también se le atribuyeron los malos resultados encadenados desde 2011 por el PP en Catalunya.

O que estuvieron a punto de dejarlo sin representación en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona, e incluso en las primeras elecciones generales del 2019, en abril, quedándose con un solo escaño en el Congreso, el de Cayetana Álvarez de Toledo.

Unos resultados que provocaban desconfianza en el equipo de Feijóo, que demandaban mejorar resultados en Catalunya para facilitar la llegada a la Moncloa y no creían que Fernández pudiera liderar la remontada.

Que Fernández no provenga de las familias que tradicionalmente han movido los hilos del PP catalán tampoco ha ayudado

Que Fernández sea un dirigente de Tarragona, desligado de las familias y grupos que tradicionalmente han movido los hilos del PP en Catalunya —los Fernández Díaz, las Montserrat o más recientemente Albiol— tampoco ha jugado a su favor.

Fernández se atrinchera, planta cara y sale al contraataque

Pero Fernández decidió aguantar, rechazó una retirada pactada al Congreso encabezando la lista de Tarragona del 23J y plantó cara. Y todo apunta a que ha ganado contra todo pronóstico. La mayoría de dirigentes catalanes en el PP, más allá de su grupo de fieles, admiten haberlo dado por muerto hace solo seis meses. Eso sí, hasta el 23 de julio.

La sorprendente convocatoria electoral de Pedro Sánchez, un resultado en las generales sin mayoría para que el PP llegara a formar gobierno y la fallida investidura de Feijóo han supuesto una carambola que ha sumido a Génova en otras preocupaciones y ha permitido a Fernández aprovechar para salir de la trinchera, disparando a todo lo que se movía, y ganar el pulso.

"Si el resultado del 23J hubiera llevado a Feijóo a la Moncloa, como todo apuntaba, ahora estaríamos hablando del sustituto de Alejandro", comenta una dirigente del PP catalán. Pero Fernández aprovechó la desorientación causada en el PP por los resultados electorales y salió a la contraofensiva, sacando partido a los titubeos de Génova navegando entre la ira por los resultados y los guiños a Junts y al propio Carles Puigdemont antes de la investidura fallida.

Con el telón de fondo de la famosa y polémica reunión en un hotel de Barcelona entre Dani Sirera como delegado de Feijóo y los dirigentes de Junts Josep Rius y Albert Batet, como delegados de Puigdemont. Estrategia que Fernández aprovechó para atacar a Feijóo en público, a pesar de tener en contra a una parte de la propia dirección del PP catalán, con diversos mensajes en redes sociales desautorizando la posición de Génova.

El discurso contra el independentismo le permitió fraguarse la adhesión de unas bases militantes muy resentidas por el 'procés'

El discurso contra el independentismo y contra lo que representa Puigdemont le permitió fraguarse la adhesión de unas bases militantes muy resentidas por el procés.

Ya en agosto, Fernández envió un sorprendente torpedo contra el presidente estatal del partido, diciendo que el PP no debería dialogar con Junts, en el marco de las negociaciones para intentar investir a Feijóo como presidente del Gobierno español. "Junts sí es mi rival", publicó Fernández en las redes, pidiendo que alguien le aclarara "de qué hay que hablar con ellos".

Además, reprochó a Junts que es un partido "cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un rey fascista". Todo ello en plena operación de dirigentes como Esteban González Pons o el propio Feijóo haciendo declaraciones de aproximación a los de Puigdemont y abriéndose a negociar con Junts.

Recientemente, Fernández ha vuelto a ser crítico con este planteamiento, a raíz de nuevas informaciones sobre los contactos entre el PP y Junts, a pesar de que Feijóo ha endurecido el discurso contra los independentistas. Pero también con otros polémicos y delicados temas que competen al PP, como la operación Cataluña.

Sobre este tema de guerra sucia policial, Fernández ha declarado: "Pastelear con Pujol de día y con Villarejo de noche es perjudicial para España. Y yo lo rechazo categóricamente". Unas palabras que retruenan especialmente frente al estrepitoso silencio de todo el resto del PP sobre este espinoso tema, que afecta al expresidente Mariano Rajoy.

A nadie se le escapa que la dureza de Fernández puede tener que ver con el hecho de que el factótum del PP de Catalunya —ahora debilitado, pero nunca fuera de juego del todo—, Jorge Fernández Díaz, sea el presunto cabecilla de la operación como exministro del Interior.

Recuperación electoral y autonomía del PP catalán

Con el partido amarrado, el sector vinculado a Fernández planifica ahora la batalla para empezar a recuperar el poder institucional perdido, empezando por los primeros comicios en el horizonte: ni más ni menos que las elecciones al Parlament.

"Alejandro encabezará sin duda las listas, mantiene las riendas del partido en Catalunya y es el lógico presidenciable", asegura uno de los miembros de la dirección del partido afín al díscolo presidente catalán. Las encuestas apuntan que el viento puede soplarle a favor con una cierta recuperación electoral del PP en Catalunya.

Y, finalmente, tras esta guerra abierta con Génova que parece haber ganado Fernández y que apuntala también a la recuperación en Madrid de Cayetana Álvarez de Toledo, la intención de la cúpula del PP en Catalunya es flexibilizar las amarras con la dirección del PP estatal.

"El PP catalán debe superar las tutelas y tomar sus decisiones de manera más libre", afirma Fernández

Aunque el PP continuará siendo un partido profundamente centralizado —a diferencia del PSC, que mantiene una forma jurídica y funcionamiento totalmente autónomo con el PSOE, a pesar de que en los últimos años el nivel de coordinación ha aumentado—, sí se buscará una mayor autonomía.

"El PP catalán debe superar las tutelas y tomar sus decisiones de manera más libre", apunta en este sentido Fernández. Puede parecer poca cosa, pero en un partido como el PP suena a verdadera revolución hablar de autonomía, sobre todo si se trata de Catalunya.

Tregua y reconciliación con una ejecutiva de integración

En el PP de Catalunya dan por descartado el congreso que debía plantear la renovación de Fernández y que se aplazó con la convocatoria de elecciones generales de por medio. El único posible adversario, el actual alcalde de Castelldefels, Manuel Reyes, no parece dispuesto a enfrentarse a un crecido Fernández.

Y mucho menos después de que Feijóo haya decidido no mojarse por nadie en Catalunya contra el actual presidente, en una batalla que no tiene claro ganar, más bien al contrario. "Reyes no tendría nada que hacer frente a Fernández sin el apoyo de Génova, pero si lo tuviera también podría perder y eso sería un revés para Feijóo que ahora no se lo puede permitir", comentan algunos militantes del PP.

Con este escenario, Fernández ya ha encauzado un armisticio con los principales dirigentes del PP de Catalunya, el líder del grupo municipal en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera; la eurodiputada Dolors Montserrat y el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol. Con ellos, el díscolo presidente fraguará una reorganización de la dirección del PP de Catalunya, con una ejecutiva de integración, pero con el liderazgo de Fernández más que asegurado.

Una ejecutiva en la que algunos de sus afines, como el actual vicesecretario de Organización, Isaac Martín, tendrán papeles destacados. Y habrá que esperar a ver qué pasa con figuras como Santi Rodríguez, con gran peso en la máquina interna del partido como secretario general y experimentado diputado en el Parlament, pero que en la guerra entre Génova y Barcelona ha mantenido una cierta equidistancia.

Rehacer un partido "hecho unos zorros"

Otro de los objetivos planteados por Fernández para la nueva etapa de posguerra —o quizás de tregua— es rehacer un PP que en Catalunya ha quedado profundamente debilitado.

"El partido está hecho unos zorros, muy frágil, con muy poca estructura e implantación territorial. Hemos perdido mucha presencia y militancia, y la que queda está desmotivada", asegura un dirigente. "Hay que trabajar para recomponer las filas", añade.

En los últimos tiempos, el PP ha tenido notables fugas, a raíz de los enfrentamientos internos. Las cosas no van a ser fáciles en el PP catalán. Pero, en cualquier caso, seguro que en la sede de la calle del Comte d'Urgell de Barcelona volverá a resonar con fuerza la canción de Lady Gaga que Fernández utilizó para la campaña electoral municipal que estuvo a punto de catapultarlo a la alcaldía de Tarragona y que llevaba de estribillo "Ale, ale, Alejandro".

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