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Los países europeos se dividen en la ONU, que pide de forma abrumadora un alto el fuego en Gaza

Austria y Chequia son de dos de los diez países que votan en contra de la resolución, mientras que 153 países, entre ellos España, exige a Israel el parón militar.

La Asamblea de la ONU vota un alto el fuego en la guerra de Israel contra Palestina, en Nueva York a 12 de diciembre de 2023.
La Asamblea de la ONU vota un alto el fuego en la guerra de Israel contra Palestina, en Nueva York a 12 de diciembre de 2023. Eduardo Muñoz / REUTERS

"Se va a reproducir la situación que ya hemos vivido, en la que unos países europeos votarán a favor, otros en contra y otros se abstendrán reflejando una diferente perspectiva y valoración basadas en circunstancias históricas y en las herencias culturales y políticas con Israel y Palestina". Era el presagio de Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, poco antes de la votación en Naciones Unidas. Y el vaticinio se ha confirmado horas después: los países europeos se dividen a la hora de exigir un alto al fuego en Gaza.

Dennis Francis, presidente de la Asamblea General de la ONU, la calificado la violencia en Gaza como una "catástrofe humanitaria". "En el nombre la humanidad lo pido de nuevo: parad esta violencia ya", ha apelado. La resolución impulsada por Emiratos Árabes para exigir un alto al fuego, la liberación incondicional de los rehenes, la protección de todos los civiles y el acceso humanitario ha sido aprobada por 153 votos a favor, diez en contra y 23 abstenciones. Entre ellos Austria y Chequia han votado negativo; Bulgaria, Italia, Hungría, Alemania, Países Bajos, Rumanía y Eslovaquia se han abstenido y el resto han votado a favor. Algunas capitales como Berlín se ha escudado en que pedir un alto al fuego significaría poner trabas al derecho de Israel a defenderse.

La postura europea en la ONU era la crónica de una división anunciada. En la anterior votación de finales de octubre ya se escenificó. Cuatro países, Austria, Croacia, Hungría y Chequia, se posicionaron de contra de pedir una tregua humanitaria inmediata y duradera. España, y otros ocho como Bélgica y Francia votaron a favor y otros 15 encabezados por Alemania se abstuvieron.

Esta llamada tiene mucho peso a nivel político y simbólico, pero no es vinculante. Era el paso descafeinado después de que la semana pasada, Estados Unidos bloquease con su veto la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Francia, como miembro permanente, y Malta, como rotatorio, sí expresaron un dictamen favorable. Por ese entonces, el secretario general Antonio Guterres invocó el artículo 99, por primera vez en su mandato y cuarto en la historia de la ONU. Un llamamiento desesperado que buscaba poner el foco del globo para frenar una tragedia humanitaria.

Tras esta acción del portugués, el Gobierno israelí lo acusó de ser un "peligro para el mundo". "Se puede estar en acuerdo o en desacuerdo con el contenido de esta llamada del secretario general, pero lo que no se puede argumentar es que, al hacerlo, el secretario general de las Naciones Unidas se convierta en una amenaza para la paz", ha reiterado el jefe de la diplomacia europea. Para Borrell, descalificar a Guterres "significa descalificar a las Naciones Unidas como órgano fundamental que garantiza o trabaja para la paz y la estabilidad en el mundo, y por eso estos ataques son completamente injustificados, y creo que está en el honor de Europa defender al secretario general", añadió.

Rechazada esta vía, la comunidad internacional asiste así imponente e imponente a lo que Borrell calificó como una situación "apocalíptica" en Gaza. Más de 18.000 personas han fallecido, entre ellos más de 7.000 niños. En torno al 70% son civiles. Y cerca de dos millones de personas han sido desplazadas a la fuerza. "No es moralmente justificable matar a un culpable y a la vez matar a 300 inocentes. No es justificable. La proporción entre el objetivo de defenderse y las víctimas civiles produce como mínimo inquietud", ha asegurado el Alto Representante desde la tribuna de Estrasburgo.

El representante israelí en Nueva York ha cargado con dureza contra aquellos países que han votado a favor equiparando a Hamás con el Estado Islámico. Poco antes Borrell dejó un recado a los eurodiputados: "Les voy a leer algo: 'Cualquiera que quiera evitar que haya nunca un Estado palestino tiene que apoyar a Hamás y tiene que transferir dinero a Hamás. Esto es lo que estamos haciendo. Es parte de nuestra estrategia. Financiar a Hamás para que nunca haya un Estado palestino' ¿Saben ustedes quién dijo eso? El señor Netanyahu en marzo de 2019 en la Knesset".

Sus declaraciones coinciden con un momento en el que se ha producido un hito en Estados Unidos, el hermano mayor y gran valedor del Estado hebrero. En unas inusuales declaraciones, el presidente norteamericano Joe Biden ha afirmado que Israel está perdiendo la simpatía del resto del mundo y ha instado a Netanyahu a dar un cambio en su gobierno, el más radical de los 75 años de historia de Israel. Estas palabras arriban en medio de una tensión pública entre Washington y Tel Aviv. Netanyahu, que se ha proclamado como "el único que puede frenar la creación de un Estado palestino", se opone al plan de Europa y Estados Unidos para el día de mañana en tierra santa, que pasa por que la Autoridad Palestina asuma el control y liderazgo de Gaza.

Poco antes de la votación en Nueva York, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, ha llamado a su homólogo israelí para exigirle "que ejerza mayor moderación en su despliegue militar, que debe ser proporcionado y acorde con el derecho internacional humanitario". Con mucha probabilidad, las tensiones en el seno europeo en torno a marcar límites a Israel sobre su derecho a defenderse y a la protección de los civiles en Gaza saldrán de nuevo a flote en la cumbre europea que los 27 líderes de Estado y de Gobierno celebran el jueves y viernes en Bruselas. El presidente español, Pedro Sánchez, ha iniciado una ofensiva junto a los mandatarios de Irlanda, Bélgica y Malta para fijar una línea europea más contundente en torno al conflicto en tierra santa. Pero esta misma semana ha quedado patente que la unidad en ese aspecto ni siquiera se consigue, de momento, para sancionar a los colonos responsables de la violencia desmedida en Cisjordania.

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