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Pablo González pasa otro cumpleaños en una cárcel polaca cuando lleva 14 meses entre rejas

El periodista español que fue detenido en febrero de 2022 cumple 41 años y lo hace en el centro penitenciario de la localidad polaca de Radom a la espera de que se fije fecha para su juicio.

El periodista Pablo González en una foto de archivo cedida por su amigo y fotoperiodista Juan Teixeira
El periodista Pablo González en una foto de archivo cedida por su amigo y fotoperiodista Juan Teixeira.

Pablo González fue detenido por la Agencia de Seguridad Interna de Polonia (AWB) el 28 de febrero de 2022. Cada día 28, su familia, amigos y compañeros ven como el contador de meses en prisión aumenta. Y ya van 14. Pero el 28 de abril no solo se cumple un mes más desde que Pablo fue encarcelado. También es su cumpleaños y este año es el segundo que celebra entre rejas.

El periodista, que fue acusado por los servicios secretos polacos de espionaje, nació en Moscú en 1982. A los nueve años, cuando sus padres se divorciaron, se trasladó con su madre a España. Precisamente su origen es una de las claves del caso porque Polonia defiende que trabajaba para la inteligencia rusa.

Desde que Pablo fue arrestado sólo ha habido una persona que haya puesto encima de la mesa una acusación directa contra el reportero. A los pocos días de que fuera detenido, el portavoz del ministro coordinador del Servicio Secreto de Polonia, Stanisław Żaryn, aseguró a un medio de su país que Pablo había sido arrestado con "dos pasaportes y dos tarjetas de pago de bancos rusos para dos identidades diferentes". El resto, incluido el Gobierno español, solo han hecho referencia al tipo penal al que se atribuyen los supuestos delitos cometidos por el periodista: espionaje.

El tema de las dos identidades se resolvió rápidamente. En la comunicación que el tribunal polaco emitió para decretar la primera prisión preventiva del periodista lo identificaba como "Pablo González Yagüe" y mencionaba dos alias: "Aleksey Rubtsov y Pavel Rubtsov". El segundo es el nombre de Pablo en ruso. Hay que recordar que nació en Moscú, hijo de padres rusos. Y el otro alias es el nombre de su padre. En este punto, resulta difícil de creer que un espía utilizara el nombre de su padre para realizar trabajos de inteligencia.

¿Y de dónde proviene el nombre español del periodista? La madre de Pablo es hija de uno de los niños de la República que huyeron de España en la Guerra Civil para refugiarse en la Unión Soviética. Cuando su madre se llevó a Pablo a España decidió registrar a su hijo con el nombre ruso traducido al español (Pablo) y los apellidos de su padre (González Yagüe).

Ante esta explicación, publicada en medios y ofrecida por la defensa del periodista en varias ocasiones, las autoridades polacas preguntaron a España en febrero –un año después de la detención– por la nacionalidad del periodista, a pesar de que desde su detención ha estado recibiendo visitas consulares de la embajada española en Varsovia.

Este movimiento de Polonia ha sido achacado por algunos a que, en teoría, Pablo González no podría tener dos pasaportes porque no existe acuerdo de doble nacionalidad entre Rusia y España. Sin embargo, existen infinidad de casos de personas que se han nacionalizado españoles y han mantenido su pasaporte original sin haber renunciado a la otra nacionalidad tal y como establece la ley.

En el caso de Pablo González, su pasaporte ruso lo tuvo que utilizar para viajar a España cuando tenía nueve años y lo ha renovado desde entonces a pesar de haber conseguido el español siendo un niño.

España se conforma con visitas consulares

Como se ha mencionado, Pablo González ha estado recibiendo periódicamente visitas del cónsul español en Varsovia. En total, el diplomático Eduardo Merino de Mena ha visitado hasta en 11 ocasiones al periodista en prisión.

Aparte de estas visitas y las que ocasionalmente pueden realizar los abogados polacos del periodista, Pablo sólo ha tenido otros dos encuentros en la cárcel con personas del exterior: Oihana Goiriena, la madre de sus hijos, y Gonzalo Boye, su abogado español.

La incomunicación del reportero con el exterior es casi total. Recibe y manda cartas pero la frecuencia de los envíos es muy irregular. A veces las respuestas del periodista a cartas enviadas por su familia y amigos llegan en un par de semanas y otras veces tardan meses.

El 21 de noviembre, según la familia, las autoridades polacas ofrecieron a Pablo la posibilidad de hablar con sus hijos a través de Skype. Pero han pasado cinco meses desde aquella promesa y todavía no ha habido comunicación con los tres menores. "Le vienen diciendo que le van a permitir llamadas por Skype desde el 21 de noviembre y no llega y eso le lleva a la desesperación", comentó Goiriena a Público.

El Ministerio de Asuntos Exteriores explica que esta situación compete a las autoridades polacas y que, por su parte, se han limitado a indicar a la familia "las vías para solicitar contacto telefónico con el detenido o para hacerle llegar paquetes o dinero".

No obstante, desde el ministerio insisten en que se han realizado otras gestiones diplomáticas más discretas. Ponen como ejemplo que el ministro ha tratado el caso en dos ocasiones con su homólogo Zbigniew Rau. Eso sí, las dos veces en marzo de 2022, hace más de un año. El 4 de marzo cuando se encontraron en Bruselas y el 17 de marzo cuando se vieron en Varsovia.

Exteriores también señala que la Embajada de España en Varsovia está haciendo seguimiento de la situación del periodista y está manteniendo contactos puntuales con altos cargos del Ministerio de Exteriores polaco, de la Agencia de Seguridad Interior y de las Fiscalías de Lublin y Rzeszow. Pero matizan que estas conversaciones se centran, sobre todo, en hacer "hincapié en la necesidad de que se respeten los derechos procesales y penitenciarios que asisten al detenido, incluyendo el de recibir asistencia consular".

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