Público
Público

Israel arranca su ofensiva sobre Rafah y cuestiona los últimos intentos de Hamás para lograr una tregua

Israel empieza a bombardear Rafah y ordena evacuar a parte de su población como preludio del asalto a esa ciudad de Gaza. Hamás intenta frenarlo con una tregua que Tel Aviv no considera convincente.

Palestinas desplazadas portan sus pertenencias en Rafah después de la orden de evacuación del ejército israelí.
Mujeres palestinas abandonan Rafah después de la orden de evacuación israelí. Haitham Imad (EFE)

Israel está ignorando la presión internacional que le insta a no llevar a cabo su ataque terrestre de la ciudad de Rafah. Ni siquiera el llamamiento del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el mejor aliado de Israel, para parar la ofensiva ha tenido efecto sobre las autoridades israelíes. Éstas se aprestan para su conquista y, como obertura, han ordenado la evacuación de 100.000 palestinos de Rafah, al tiempo que sus aviones ya bombardean algunos de los barrios de esta ciudad que alberga a 1,5 millones de habitantes y refugiados.

Ante el infierno que se les viene encima, las milicias de Hamás han intentado una última jugada. El líder del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, comunicó a los mediadores egipcios y cataríes —y estos a los representantes de Israel y Estados Unidos— que aceptaba una propuesta egipcia de alto el fuego temporal en tres fases. Hasta ahora, Hamás reclamaba un alto el fuego definitivo y el fin de la guerra para liberar a los rehenes israelíes que aún obran en su poder.

Pero la maquinaria de guerra parece imparable y los israelíes han menospreciado estos últimos intentos de frenar un asalto para el que llevan preparándose mucho tiempo. Un ataque a la última ciudad en pie de Gaza que puede suponer la mayor catástrofe humanitaria de estos siete meses de guerra.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, arrojó un jarro de agua fría sobre el paso dado por Hamás y anunció que su gabinete de guerra había decidido continuar con su ofensiva en Rafah y que habrá otros objetivos bélicos. La oficina de Netanyahu añadió en un comunicado que si bien la propuesta de Hamás no les convencía, seguirán enviando negociadores.

Un funcionario israelí citado por la agencia de noticias Reuters explicó que Hamás había "suavizado" la hoja de ruta propuesta por Israel con la intención de que Tel Aviv apareciera como la parte intransigente en la negociación.

Tal y como recoge la agencia EFE, medios israelíes como la cadena pública Kan o el canal 12 de noticias señalaron que el acuerdo aceptado por Hamás no cuenta con la luz verde de Israel, pues en realidad fue presentado por Egipto de manera unilateral.

La Casa Blanca señaló que estaba evaluando la respuesta de Hamás sobre la tregua en Gaza. Horas antes, el presidente estadounidense, Joe Biden, había pedido al primer ministro israelí que no llevara a cabo esa ofensiva sobre Rafah a fin de impedir un desastre mayor.

Empieza el éxodo de Rafah

En todo caso, el éxodo de los habitantes de Rafah ya empezó, con miles de personas encaminándose hacia el norte de la franja. Israel, en su conminación a la evacuación de Rafah, ordenó a los palestinos de esta ciudad fronteriza con Egipto que se dirijan al campo de desplazados de Al Mawasi, a unos veinte kilómetros en dirección a Jan Yunis, ciudad totalmente arrasada por las bombas de Israel en los últimos meses.

"Cualquier persona que permanezca en la zona se pone en peligro a sí misma y a sus familiares", rezaba, ominoso, uno de los panfletos difundidos para la evacuación.

Después de que el alto mando israelí transmitiera el mensaje de evacuación, sus aviones de combate lanzaron varios ataques sobre los barrios de Al Shuka y Al Salam, dos de las zonas de Rafah que debían ser abandonadas por sus habitantes. Los aviones israelíes ya habían bombardeado durante la noche del domingo al lunes los barrios desde donde pensaban que morteros de Hamás habían atacado horas antes una de sus posiciones y acabado con la vida de cuatro de sus soldados.

La aceptación por Hamás de la tregua temporal propuesta por Israel tiraba por tierra sus exigencias de que el alto el fuego fuera definitivo, contemplaba la liberación de todos los rehenes y la puesta en libertad de presos palestinos en cárceles israelíes.

Pero Netanyahu ya dejó claro la semana pasada que solo necesitaba parar la guerra para liberar al centenar de rehenes israelíes y de otras nacionalidades que siguen en manos de Hamás, pero que después quería su trabajo terminado, es decir, las milicias islamistas palestinas aniquiladas y la Franja de Gaza bajo control estricto de Israel para evitar sorpresas como la del 7 de octubre pasado.

Ese día, una incursión masiva de milicianos de Hamás en Israel asesinó a cerca de 1.200 personas y tomó 240 rehenes. La respuesta armada israelí, con bombardeos de las principales ciudades gazatíes, y la invasión de Gaza por el ejército judío ha dejado ya casi 35.000 palestinos muertos, la inmensa mayoría mujeres y niños. También hay más de 78.000 heridos.

En noviembre fueron liberados un centenar de los secuestrados en la única tregua que ha habido hasta ahora, de una semana. Un centenar de rehenes podrían estar vivos aún.

La única alternativa es la acción militar, afirma Israel

Con este panorama, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, llamó por teléfono al secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y le comunicó que su ejército no tenía otra alternativa que la de poner en marcha "una acción militar, incluida la zona de Rafah".

Estados Unidos, uno de los mediadores para negociar un alto el fuego en Gaza, no ha mantenido una posición imparcial desde el comienzo de la guerra: permanece como el garante de la seguridad de Israel en Oriente Medio, impidió que Irán respondiera con contundencia al ataque israelí contra su legación diplomática en Siria y ha duplicado su suministro de armamento al ejército judío para que éste lleve a cabo su ofensiva militar en la Franja.

Rafah es, según los israelíes, el último bastión de Hamás. La ciudad será destruida a pesar de que también es el último refugio de los desplazados palestinos, muchos de ellos conminados meses atrás por el propio ejército israelí a abandonar sus hogares en el norte y centro de la Franja y a dirigirse al sur, donde la frontera con Egipto parece un muro infranqueable.

Solo "parece", porque tal y como sugerido los miembros más extremistas del Gabinete de guerra de Netanyahu, uno de los planes manejados por los israelíes es el éxodo total de los gazatíes fuera de la Franja, por ejemplo, hasta la península egipcia de Sinaí, lo que implicaría que una marea humana podría rebasar la frontera de Egipto, eventualidad que han rechazado las autoridades de El Cairo.

Una orden de evacuación "inhumana"

En esta carrera contrarreloj para intentar parar el ataque a Rafah, Netanyahu también ha ignorado las peticiones de moderación y las demandas de un alto el fuego que han hecho la ONU, la Unión Europea o los países árabes.

"Los gazatíes siguen siendo golpeados por las bombas, las enfermedades e incluso por la hambruna. Y hoy les dicen que deben ser reubicados de nuevo, en medio de la escalada de las operaciones militares israelíes en Gaza", afirmó el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk.

"Esto es inhumano" y esa orden de evacuación "es contraria a los principios fundamentales del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos", agregó Turk en un comunicado.

Si el ejército israelí cae a sangre y fuego sobre Rafah, el resultado será una "catástrofe" humanitaria, como ha denunciado también la ONU. En esa localidad gazatí hay una concentración de casi 25.000 personas por kilómetro cuadrado. La entrada de los tanques israelíes y su bombardeo por la aviación de Israel causarían una matanza sin igual.

Los últimos movimientos israelíes en torno a Rafah, en cuyas inmediaciones ya se estaban desplegando numerosas unidades armadas desde hacía días, han provocado muchas reacciones internacionales ante la inminencia del ataque.

En la propia ONU, el director de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, pidió un "alto el fuego inmediato" para evitar en Rafah "una capa adicional de una tragedia ya insoportable para la gente de Gaza". Lazzarini advirtió de los obstáculos insuperables para evitar la expansión de la hambruna si se produce otro desplazamiento de la población palestina a zonas convertidas ya en un yermo por la invasión israelí.

"Lo que se necesita ahora es un alto el fuego inmediato, no un nuevo desplazamiento forzado, con más ansiedad e interminable sufrimiento", reclamó Lazzarini.

También el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió a Israel que no lleve a cabo el ataque terrestre contra Rafah e instó a la UE y la comunidad internacional a impedir esa posibilidad. Borrell asimismo denunció la evacuación de Rafah, pues solo "augura lo peor: más guerra y hambruna".

En la región, los Gobiernos egipcio, jordano y saudí advirtieron sobre los "graves riesgos humanitarios" que supondría el lanzamiento de esa operación militar sobre Rafah y llamaron a impedir una nueva "masacre" de palestinos a manos de los soldados israelíes.

La Autoridad Palestina insiste a EEUU que medie ante Israel

La Autoridad Palestina, desde Cisjordania, contactó con las principales potencias internacionales, incluidos los Estados Unidos. El portavoz oficial de la Presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh, instó al presidente Joe Biden a actuar de inmediato.

Rudeineh pidió a la Casa Blanca que impida la invasión terrestre israelí de Rafah, "evite el genocidio y el desplazamiento, y responsabilice a Israel de graves violaciones contra el derecho internacional antes de que sea demasiado tarde".

Rudeineh recordó que Israel se ve alentado para actuar con impunidad en Gaza y en Oriente Medio gracias al respaldo sin fisuras de Estados Unidos. Washington ha vetado resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas referentes a Israel y también se ha visto incapaz de obligar a Tel Aviv a cumplir el alto el fuego reclamado por este organismo de la ONU.

A esto, se une la asistencia armamentística del Pentágono al ejército israelí con esos aviones y bombas que están siendo utilizadas en Gaza para masacrar a la población palestina.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional