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Un millar de trabajadores de la antigua Nissan de Barcelona siguen sin empleo casi dos años después del cierre

Los representantes de la plantilla fuerzan la convocatoria de la Mesa de Reindustrialización ante la lentitud de los nuevos proyectos, a dos meses de que cientos de los antiguos trabajadores dejen de cobrar el paro.

03/2022 - Furgoneta Zeroid, que QEV ha de fabricar a l'antiga planta de Nissan de la Zona Franca.
Furgoneta Zeroid, que QEV está fabricando en la antigua planta de Nissan de la Zona Franca. ACN

El 31 de diciembre de 2021, hace casi dos años, la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona cerraba sus puertas después de más de cuatro décadas de actividad. La decisión de la multinacional japonesa estremeció a la economía barcelonesa, la catalana e incluso más allá en el sector del automóvil y derivó en el despido de 2.525 trabajadores, muchos de ellos con un futuro todavía incierto hoy en día.

Por el momento, y ante la lentitud en el desarrollo de algunos proyectos de reindustrialización en la antigua fábrica automovilística, los representantes de la plantilla reclaman explicaciones a los directivos de QEV, Btech y Goodman, las empresas que se adjudicaron la gestión de la planta.

Actualmente, sólo la catalana Silence ha cumplido parte de sus compromisos: ya ha empleado a un centenar de empleados de los 110 a los que se comprometió. Además, ese mismo año comenzó la producción con el ensamblaje de su cuadriciclo eléctrico S04. 

"Casi 900 personas pueden encontrarse con que en diciembre se queden sin la prestación de paro. Por eso, es necesario que se agilicen los proyectos y se empiece el proceso de contratación". La voz de uno de los representantes de la plantilla, que quiere mantener su anonimato porque se encuentran en pleno proceso de negociación, representa la visión de los empleados, que son las víctimas de un conflicto que arrancó hace tres años, en plena pandemia, con el anuncio de Nissan de abandonar la planta de la Zona Franca.

De los resultados de la primera reunión de evaluación por parte de la Mesa de Seguimiento de la Reindustrialización dependen casi un millar de puestos de trabajo. El mes de octubre se anunció que el espacio en los terrenos de la antigua Nissan sería adjudicado directamente por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona sin concurso público.

El compromiso de fabricación

El interrogante más importante es el que se cierne sobre el 'hub' de electromovilidad, formado por las compañías QEV y Btech, que son las empresas a las que la inmobiliaria australiana Goodman arrendó los terrenos para levantar el proyecto industrial. La misma fuente cercana a la plantilla añade que" QEV y Btech sólo han contratado a 120 personas y hace un año nos hablaron de unas 1.400".

Aunque el hub de electromovilidad empezó a operar el pasado mes de marzo, los representantes de los trabajadores lamentan que "el desarrollo vaya lento", y dice que necesitan "claridad y compromiso con el calendario de ejecución y el inicio de la fabricación de varios modelos".

En este sentido, QEV tiene pendiente de poner en marcha la producción de las furgonetas bajo la marca Zeroid, que parece que se iniciará a principios del año 2024. Mientras que Btech tiene previsto fabricar la nueva pickup Ebre, que reutilizará el modelo Navara de Nissan, y que empezará a producirse a finales del año próximo.

En el caso de Goodman, propietaria de los terrenos, y que ganó la puja para gestionarlos, está orientada al negocio logístico de la última milla y no tiene previsto contratar personal del sector automovilístico.

La previsión del hub de electromovilidad es recolocar a unas 300 personas antes de finalizar el año. La fórmula escogida, según comentan los trabajadores, es ofrecer contratos de formación subvencionados para el resto de empleados, a la espera de que arranque la producción.

Por su parte, la australiana Goodman, que subarrendó parte del espacio al proyecto industrial, centra su foco en desarrollar el resto de metros cuadrados para inquilinos logísticos. La compañía espera conseguir los primeros acuerdos para 2024 y para ello ha contratado a Savills y CBRE para que lleven la comercialización del inmueble.

Pendientes de la financiación

Otro de los factores que debe facilitar la concreción del proyecto industrial de la antigua planta de Nissan es la búsqueda de financiación.

En este aspecto, la histórica marca Ebro, que también forma parte del conjunto de firmas que ganó el concurso para su reindustrialización, ha anunciado recientemente que ha completado su primera ronda de financiación con la captación de 20 millones de euros, tal como estaba previsto. El dinero servirá para financiar la ingeniería de los vehículos que se fabricarán en la planta de la Zona Franca y que empezarán a comercializarse en el 2024.

En un comunicado, la marca también ha detallado que actualmente está centrada en cerrar acuerdos con la automovilística china Chery para producir vehículos en los antiguos terrenos de Nissan. Según Ebro, las negociaciones "avanzan a muy buen ritmo".

La ronda de financiación la ha liderado el banco andorrano Andbank y también servirá para "seguir utilizando" las ayudas públicas vinculadas al Perte del vehículo eléctrico, según el comunicado. Además, el dinero también forma parte de la estrategia que Ebro tiene para salir a la bolsa BMW Growht, el mercado de las pymes.

De hecho, el propio conseller de Empresa i Treball, Roger Torrent, encabezó entre el 11 y el 20 de octubre una misión comercial a China con el objetivo de captar nuevos proyectos de inversión extranjera y estrechar relaciones comerciales entre Catalunya y el gigante asiático, en la que se enmarcaba una reunión con la automovilística Chery.

El encuentro se produce pocos días después de que el presidente de Chery, Zhang Guibing, anunciara que la compañía está considerando abrir su primera factoría en Europa y apuntara a que Barcelona es uno de los destinos posibles para preparar este desembarco.

Todos estos movimientos conforman las piezas de un puzle que tiene el objetivo de completar lo antes posible la reindustrialización de los terrenos de la antigua Nissan. En este caso, la labor está marcada por el tiempo: los dos meses que faltan para que casi un millar de los antiguos trabajadores dejen de cobrar el paro.

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