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La vía tranquila de EH Bildu: el plan de la izquierda soberanista para arrebatarle el poder al PNV en cuatro años

La coalición liderada por Arnaldo Otegi traslada a sus seguidores que "no hay prisa" y dibuja un mapa de Euskadi que muestra de forma contundente cómo ha cambiado el escenario tras estas elecciones autonómicas.

EH Bildu
El candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, saluda a simpatizantes de la izquierda soberanista tras conocer los resultados electorales, el pasado domingo 21 de abril en Bilbao. Miguel Toña / EFE

La premisa es no correr. Se trata de ir despacio, a veces quizás sin que apenas se note el movimiento. Pero se mueve. Tras celebrar los resultados obtenidos en las elecciones autonómicas del pasado domingo 21, EH Bildu trabaja ahora para sentar las bases de una nueva legislatura en Euskadi en la que buscará afianzar el crecimiento y consolidarse como la principal referencia de la izquierda vasca. 

Hoy nadie niega que el mapa político de Euskadi ha cambiado. En Ajuria Enea seguirá el PNV y en algunas consejerías habrá representantes del PSE, pero fuera de esos ámbitos de poder autonómico hay un tablero político nuevo, en el que EH Bildu ha cobrado una dimensión que la izquierda abertzale, a través de sus distintas formaciones políticas, jamás había tenido.

Las primeras elecciones vascas tras la entrada en vigor del Estatuto de Gernika se celebraron en 1980. En esa ocasión, Herri Batasuna logró 11 escaños con el 16,5% de los votos. 44 años después, la coalición integrada por Sortu, Alternatiba (escisión de la IU vasca), Eusko Alkartasuna y militantes de la desaparecida Aralar ha obtenido 27 escaños –los mismos que el PNV– y el 32,4%.

De los tres territorios históricos que componen la Comunidad Autónoma vasca, EH Bildu ha ganado en dos (Araba y Gipuzkoa). Se le resiste Bizkaia, un feudo tradicional del PNV, que en estas elecciones logró precisamente ponerse por encima de la izquierda vasca con un 35,2% de votos gracias a los apoyos que logró entre indecisos en la zona del Gran Bilbao. 

"No hay prisa, vamos lejos", afirmó el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en el primer análisis de los resultados que realizó la mesa política de la coalición.

El "lejos" de Otegi apunta precisamente hacia esa hoja de ruta que su formación mantendrá en esta nueva legislatura y que pasa, entre otros objetivos políticos, por alcanzar una mayoría soberanista y de izquierdas contra la que el PNV no tenga nada que hacer.  

La hoja de ruta de EH Bildu pasa por actuar ahora como la fuerza principal de la oposición, pero no de una oposición cualquiera: es la primera vez en la historia que el PNV y la izquierda soberanista están empatados en número de representantes en la Cámara, lo que exhibe el nivel que ha adquirido la competencia entre ambos sectores.

En EH Bildu sabían que resultaría sumamente complicado acceder al Gobierno en esta legislatura. El partido de Andoni Ortuzar e Imanol Pradales contaba desde el arranque con la certeza de que el PSE no sólo evitaría dar su respaldo a la formación de Pello Otxandiano, sino que su apuesta principal sería reeditar el pacto que hoy mantiene a nacionalistas y socialistas al frente de las principales instituciones  vascas. 

El camino

Sin embargo, la vía de EH Bildu transcurre ahora mismo por otro campo. La coalición no valoró los resultados en términos de acceder o no al Gobierno autonómico, sino que su camino de paso tranquilo apunta hacia otro escenario: su objetivo ahora es perfilarse como la apuesta de cambio ante un PNV que vuelve a necesitar del PSE para gobernar y que en estas elecciones paso de 31 a 27 escaños.

El duelo entre EH Bildu y PNV se prolongará a lo largo de esta nueva legislatura, en la que el grupo parlamentario encabezado por Otxandiano buscará marcar su rol como referencia de la izquierda en un momento sumamente complejo para las fuerzas progresistas del espacio confederal.

En la Cámara sólo habrá un representante de Sumar (Jon Hernández, secretario general del PCE en Euskadi), mientras que Elkarrekin Podemos estará fuera al no haber obtenido ningún escaño. 

"Se ha puesto en cuestión la hegemonía del PNV, que ya no es invencible: en estas elecciones se ha cristalizado que hay una alternativa. Si el espacio de la izquierda confederal no hubiese ido separado, PNV y PSE no tendrían mayoría absoluta", afirma Estitxu Garai, profesora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

El voto de Podemos

Entre las apuestas de EH Bildu está precisamente aglutinar el voto de la izquierda que tal vez no encaja al 100% en el discurso soberanista, pero que se siente identificada con el discurso de la coalición en términos de economía y política social. 

Tras conocer el resultado de las elecciones, Otxandiano asumió el compromiso de representar a lo largo de esta legislatura a ese espacio de la izquierda confederal que encarna Podemos en Euskadi y que ahora, con 23.679 votos (2,2%) queda huérfano en el Parlamento.  

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