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El PP sube un solo escaño en Euskadi y no consigue barrer a Vox

La extrema derecha mantiene su representación en el Parlamento vasco y coge aire para las catalanas

Alberto Núñez Feijóo y Javier de Andrés
El líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, y el candidato a lehendakari por el PP, Javier de Andrés, durante el acto de cierre de campaña del partido. Carlos González / Europa Press

Alberto Núñez Feijóo no ha conseguido reflotar al Partido Popular en Euskadi. El PP, con Javier de Andrés a la cabeza, ha obtenido siete escaños (el 9,23% del voto y 97.149 papeletas), solo uno más que en 2020, en las elecciones que se han celebrado este domingo en Euskadi. Según De Andrés, con este crecimiento ha comenzado "la recuperación y el reposicionamiento del PP en el País Vasco". 

Los populares se convierten en la cuarta fuerza política del Parlamento vasco, pero lo cierto es que ni consiguen ser decisivos para la gobernabilidad ni logran arrebatarle a Vox su escaño en la provincia de Araba, sus dos principales objetivos.

Sí ha cumplido la extrema derecha: los de Santiago Abascal mantienen la representación y su candidata, Amaia Martínez, seguirá siendo diputada con el 2,03% del voto (21.396 votos).

"No saltamos de alegría porque ETA y el partido separatista vasco han ganado", valoró Abascal desde Vitoria (Araba). Feijóo ha seguido el escrutinio desde la sede nacional en la calle Génova (Madrid) junto a casi todos los miembros de su Comité de dirección.

La secretaria general, Cuca Gamarra, compareció al final de la noche para valorar los resultados—después de que lo hiciese el líder del PP vasco—. Señaló el resultado de EH Bildu como "la principal noticia" de la jornada, ha evitado pronunciarse sobre Vox y ha culpado al PSOE de la subida de los abertzales al mismo tiempo que, paradójicamente, achacaba los dos escaños ganados por los socialistas al miedo a Bildu.

Expectativas rebajadas

En el PP han ido rebajando las expectativas a lo largo de las últimas semanas y este domingo —pocas horas antes del cierre de los colegios electorales— defendían ya que mantener los seis escaños era en realidad una subida porque significaba la absorción de Ciudadanos. "Porque nosotros no tenemos seis, tenemos cuatro más dos", subrayaban fuentes de la dirección nacional.

En las últimas elecciones vascas, en julio de 2020, el PP se presentó junto a Ciudadanos con la marca PP+Cs. Obtuvieron el 6,77% del voto y seis escaños, cuatro para los populares y dos para los naranjas. Fue el peor resultado histórico del partido conservador.

Vox obtuvo entonces un diputado por Araba y las aspiraciones de Génova para la cita electoral de este domingo 21 de abril pasaban por hacerse con ese asiento y mantener los logrados por la coalición con Cs para erigirse en "la única alternativa constitucionalista" del País Vasco.

El resultado conseguido está lejos de lo que en el PP vasco vaticinaban a inicios de año, cuando apuntaban a los 10 escaños. Creían que el PNV sufriría un desgaste histórico por sus acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez y que podrían arrastrar ese voto de "los cabreados" con el Partido Nacionalista Vasco. Y ahí centraron los populares sus mensajes de campaña, hasta que la última semana dio al traste con sus planes.

La polémica generada a raíz de que el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, se negase a calificar como banda terrorista a ETA colocó a los abertzales en el centro de la agenda. Fuentes del PP trasladan que esto ha activado un voto útil al PNV —e incluso alguno a la extrema derecha, los más beneficiados de la polarización, dicen—y ha lastrado sus expectativas.

Pero el PP mira ya a las elecciones catalanas— como contó Público, son la verdadera prioridad para la cúpula de Génova—, donde pensaban usar el resultado de Vox este domingo en su favor. "No han entrado en Galicia y han desaparecido del Parlamento Vasco", decían. Sus pronósticos no se han cumplido y el PP Feijóo ha logrado unos resultados tímidamente mejores.

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