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Moisés Pérez, periodista: "Con PP y Vox se vislumbran tiempos complicados para la escuela pública y la educación en valenciano"

El periodista Moisés Pérez, autor del llibre 'El negoci de les aules'.
El periodista Moisés Pérez, autor del llibre 'El negoci de les aules'. Cedida per l'autor

Entrevistamos a Moisés Pérez (Muro d'Alcoi, 1993), periodista de 'El Temps', que publica 'El negoci de les aules', una investigación sobre la escuela concertada y privada en el País Valencià y sus efectos sobre la segregación social y los derechos lingüísticos. 

En esta publicación, Pérez dilucida el entramado que hay detrás de empresas, fundaciones y órdenes religiosas que gestionan estos centros y cómo los sucesivos gobiernos del PP lo han privilegiado ante una escuela pública menospreciada. "Con la etapa del Botànic se ha producido una racionalización sobre esta red", indica el periodista en una videollamada con Público.

Sin embargo, los dos mandatos del gobierno formado por el PSPV, Podemos y Compromís (2015-2023), conocido como gobierno del Botànic, quedan atrás ante el pacto que ha permitido a la derecha recuperar a la Generalitat valenciana: "Con PP y Vox habrá un desmontaje de las políticas para igualar la escuela pública y la concertada en el País Valencià", avanza.

El llibre 'El negoci de les aules', del periodista Moisés Pérez.
El libro 'El negoci de les aules', del periodista Moisés Pérez. Público

¿Cómo resumiría el panorama educativo en el País Valencià actualmente?

Ha cambiado algo en estos ocho años de gobiernos progresistas. Terminó con la última etapa del PP descompensado, con un intento de privilegiar el sistema concertado y privado en detrimento de la pública. Esto se vio en que muchos de los recortes en la época más dura de la austeridad afectaron mucho más a la pública.

¿Qué ha pasado con el Botànic entonces?

Con la llegada del Botànic hubo decisiones que de alguna manera han quitado influencia a estos centros, como cambiar la ley de elección escolar, donde se eliminó el intento de hacer un distrito único... Digamos que era que las familias podían escoger a los colegios, y no como antes, dónde eran realmente los centros quienes escogían a las familias.

Y se tomaron otras medidas que tuvieron un impacto en los colegios más demandados. Si antes, el último curso de la etapa del PP, eran los privados concertados, después eran los públicos. Esto marca cómo se ha hecho el cambio, que se irá erosionando con el gobierno que ahora viene de PP y Vox.

¿Se ha podido equilibrar un poco el sistema entonces?

Se han podido reconducir algo estas cuestiones, hacer una igualdad a la hora de la elección escolar. Con la etapa del Botànic, se ha producido una racionalización sobre esta red. Se intentó ponerlo en la etapa de los estudios post-obligatorios, Bachillerato. No era eliminar los conciertos, pero sí racionalizar esa oferta. Se intentaba poner unos criterios. Esa medida fue tumbada en primer término por el Tribunal Superior de Justicia de la País Valencià y posteriormente por el Supremo. Esta sentencia es muy importante porque limitaba que un gobierno pudiera suprimir un concierto si así lo consideraba. Ataba de pies y manos a los futuros gobiernos, no sólo en València.

¿Por qué se interesó por este tema?

Cuando cubría el ámbito de la educación me sorprendió que los discursos de determinados lobbies, grupos de presión, que al final son las patronales u organizaciones escolares que defienden los intereses de la concertada, aparecían en los debates como entidades o grupos sin intereses. Como si fueran voces educativas al igual que unos académicos, a los que se presupone neutralidad. Quería saber cuáles eran sus intereses, tanto desde el punto de vista económico como ideológico.

Existe una gran penetración de colegios religiosos, vinculados a la iglesia católica, congregaciones o empresas. He podido comprobar todos los intereses que existen, desde organizaciones como el Opus Dei, Legionarios de Cristo, congregaciones ultracatólicas, donde los valores que se transmiten están muy alejados de las coordenadas básicas de la sociedad y afectan a determinados derechos por su vinculación con posturas ultraconservadoras. En lo económico también tienen intereses porque al final acaba siendo un negocio.

¿Cómo afecta todo este entramado a la lengua y a la garantía de los derechos lingüísticos?

En la concertada, en el País Valencià la lengua es bastante escasa. Hay informes de la Academia Valenciana de la Lengua, donde dicen que la penetración de la lengua es muy escasa, y después hay unos informes que elaboran una serie de académicos en los que radiografían València ciudad. Encuentran que en la concertada es prácticamente irrisoria. Hay una concertada valencianista, pero es una minoría.

La lengua tiene una presencia reducida en la concertada, al igual que la presencia de personas migradas también es muy reducida en comparación con la pública.

El periodista Moisés Pérez, autor del llibre 'El negoci de les aules'.
El periodista Moisés Pérez, autor del libro 'El negoci de les aules'. Cedida por el autor

¿Cómo resumiría el panorama educativo en el País Valencià actualmente?

Ha cambiado algo en estos ocho años de gobiernos progresistas. Terminó con la última etapa del PP descompensado, con un intento de privilegiar el sistema concertado y privado en detrimento de la pública. Esto se vio en que muchos de los recortes en la época más dura de la austeridad afectaron mucho más a la pública.

¿Qué ha pasado con el Botànic entonces?

Con la llegada del Botànic hubo decisiones que de alguna manera han quitado influencia a estos centros, como cambiar la ley de elección escolar, donde se eliminó el intento de hacer un distrito único... Digamos que era que las familias podían escoger a los colegios, y no como antes, dónde eran realmente los centros quienes escogían a las familias. Y se tomaron otras medidas que tuvieron un impacto en los colegios más demandados. Si antes, el último curso de la etapa del PP, eran los privados concertados, después eran los públicos. Esto marca cómo se ha hecho el cambio, que se irá erosionando con el gobierno que ahora viene de PP y Vox.

¿Se ha podido equilibrar un poco el sistema entonces?

Se han podido reconducir algo estas cuestiones, hacer una igualdad a la hora de la elección escolar. Con la etapa del Botànic, se ha producido una racionalización sobre esta red. Se intentó ponerlo en la etapa de los estudios post-obligatorios, Bachillerato. No era eliminar los conciertos, pero sí racionalizar esa oferta. Se intentaba poner unos criterios. Esa medida fue tumbada en primer término por el Tribunal Superior de Justicia de la País Valencià y posteriormente por el Supremo. Esta sentencia es muy importante porque limitaba que un gobierno pudiera suprimir un concierto si así lo consideraba. Ataba de pies y manos a los futuros gobiernos, no sólo en València.

¿Por qué se interesó por este tema?

Cuando cubría el ámbito de la educación me sorprendió que los discursos de determinados lobbies, grupos de presión, que al final son las patronales u organizaciones escolares que defienden los intereses de la concertada, aparecían en los debates como entidades o grupos sin intereses. Como si fueran voces educativas al igual que unos académicos, a los que se presupone neutralidad. Quería saber cuáles eran sus intereses, tanto desde el punto de vista económico como ideológico. Existe una gran penetración de colegios religiosos, vinculados a la iglesia católica, congregaciones o empresas. He podido comprobar todos los intereses que existen, desde organizaciones como el Opus Dei, Legionarios de Cristo, congregaciones ultracatólicas, donde los valores que se transmiten están muy alejados de las coordenadas básicas de la sociedad y afectan a determinados derechos por su vinculación con posturas ultraconservadoras. En lo económico también tienen intereses porque al final acaba siendo un negocio.

¿Cómo afecta todo este entramado a la lengua y a la garantía de los derechos lingüísticos?

En la concertada, en el País Valencià la lengua es bastante escasa. Hay informes de la Academia Valenciana de la Lengua, donde dicen que la penetración de la lengua es muy escasa, y después hay unos informes que elaboran una serie de académicos en los que radiografían València ciudad. Encuentran que en la concertada es prácticamente irrisoria. Hay una concertada valencianista, pero es una minoría. La lengua tiene una presencia reducida en la concertada, al igual que la presencia de personas migradas también es muy reducida en comparación con la pública.

El periodista Moisés Pérez.
El periodista Moisés Pérez. Cedida por el autor

¿Qué incidencia tiene esta modalidad de escuela en la segregación social?

"El 81% de las personas migradas escolarizadas estaban en los centros públicos"

Afecta mucho. Sólo el 8% de personas que vienen de entornos desfavorecidos están en la concertada-privada. En la pública son un 7% las personas que vienen de entornos muy favorables. Esto muestra mucho esa disparidad. Hace tres años, el 81% de las personas migradas escolarizadas estaban en los centros públicos. Se ve muy claramente cómo este sistema de "cuotas voluntarias" que no acaban siendo tan voluntarias, y filtros culturales, pero sobre todo económicos, favorecen la concentración de personas de menor renta en la pública.

¿Pasa igual en las ciudades grandes que en las zonas menos pobladas?

La concertada se encuentra muy concentrada en las zonas urbanas. Parte de la discusión que existe sobre si la concertada ahorra o no dinero a la pública, es que la pública sí se encarga de cada rincón del País Valencià, de cada municipio, mientras que la concertada-privada sólo está en ciudades medias, donde ya existe una cantidad mínima de personas. El caso más paradigmático es València, pero también hay otros, como Alcoi o Torrent.

Habla de lobby en cuanto a las entidades, empresas y órdenes religiosas que dominan la red de centros concertados y privados. ¿Qué peso tienen en la toma de decisiones en lo que se refiere a las políticas educativas?

Tienen una influencia muy importante. Son grupos que se tienen en cuenta, tanto si gobierna la derecha como la izquierda. Tienen una capacidad de movilización importante, durante los primeros años del gobierno progresista, en 2015, la oposición real al gobierno era la escuela concertada y privada. Que hizo manifestaciones "preventivas", porque todavía no se había realizado ninguna medida de calado. Fue la única oposición con un PP desnortado por los casos de corrupción y con Ciutadans recién llegado. También tienen un gran altavoz en los medios de comunicación. Y una gran influencia en el ámbito social y educativo, algunos sindicatos, medios de comunicación especializados...

¿Qué papel tiene la Iglesia dentro de la concertada/privada?

Muy importante. Hay dos patronales a escala española que son las principales: CECE [Confederación Española de Centros de Enseñanza] y Escuelas Católicas. La primera tiene vínculos católicos, estuvo dirigida por los agustinos, la mayoría de los colegios del Opus están integrados dentro... Tenía una consideración más laica porque acogía al conjunto de colegios. CECE fue la organización líder, especialmente durante la época de José María Aznar, pero progresivamente en el País Valencià ha tenido un mayor eco Escuelas Católicas, que agrupa a la mayoría. Debe tenerse en cuenta que la educación es el principal campo de presión e influencia social de la Iglesia. En España más del 60% de los colegios concertados son religiosos y el peso en lo que a subvenciones se refiere es muy elevado. La mayoría de los grupos de presión para favorecer a la concertada tienen vínculos con la Iglesia.

Habla de opacidad e irregularidades en la financiación de estos centros. ¿Qué ha visto?

Si eres una familia es complicado saber cómo se gestiona el dinero que reciben los centros concertados de la Administración pública. No puedes saber cómo controlan el dinero. Hay fundaciones detrás, puedes ver algunas cuentas, pero no es fácil. Tampoco se informa a los padres de las cuotas, ni de los precios. Del desbarajuste e irregularidades existen informes de intervención de la Generalitat valenciana que analizan casos de colegios y se ve un descontrol absoluto. Hay amplios episodios de estas irregularidades que han rodeado a la escuela concertada en el País Valencià y que en algunos casos también se reproducen en el resto del Estado.

Ahora ha vuelto el PP a la Generalitat, y con Vox. ¿Qué augura esto?

"Con PP y Vox habrá un desmontaje de las políticas para igualar la escuela pública y la concertada en el País Valencià"

Un desmontaje de todas las legislaciones que se habían aprobado para que hubiera igualdad entre la red pública y la concertada. No debe perderse de vista que una de las cuestiones que reivindican y que más aplausos genera, tanto por parte del PP como por Vox, ha sido la libertad de elección, de centro, y de lengua. Éstos serán los caballos de batalla principales. El PP se ha cuidado mucho de traer a una persona que tuvo un talante aperturista con algunos de los sindicatos, incluso valencianistas, más preocupados por la lengua, pero eso no quita que se divise una ofensiva, como ya llevan en sus programas. De volver a un sistema donde la lengua rehúya este proceso de normalización lingüística y después también de intentar favorecer su particular versión de libertad de elección de centro que al final lo que hace es aumentar la segregación.

¿Cómo funciona el tema de la lengua en la educación en el País Valencià?

En la última etapa del PP había el sistema de líneas. Tenías una línea en castellano y una en valenciano [en la pública]. Esto lo que hacía era que en las comarcas de mayor resistencia valenciano-hablante hubiera una gran elección de estas líneas, y en pueblos pequeños prácticamente no hubiera líneas en castellano, pero en las grandes ciudades y zonas castellano-hablantes, de la línea de Alcoi hacia abajo, Alacant, Elx, Torrevella, Oriola... o en las propias grandes ciudades, como València, Alacant, Castelló, Torrent, Paterna... hubiera una gran elección de las líneas en castellano.

¿Con el Botànic cambió?

Intentaron cambiarlo con un sistema en el que se intentaba vincular el que tuviera más horas en inglés al que tuviera más en valenciano, pero los tribunales lo tumbaron. Se optó por uno con porcentajes: impusieron un mínimo del 25% de castellano, fijándose precisamente en las sentencias en Catalunya, un mínimo del 25% de valenciano y hasta un máximo de 15% en inglés. La idea era que cada Consejo Escolar jugara con los porcentajes de la lengua idóneos, pero poniendo algunos incentivos a que se escogiera el máximo de valenciano para que llegara al 50% o incluso algo más. No todas las entidades lo recibieron bien. No se han podido comprobar los resultados por haber estado en vigor pocos años.

¿Y qué política defiende ahora el PP?

"La lengua y la escuela serán caballos de batalla por Vox en el País Valencià"

Con esa ley, el PP podría tener juego para arrinconar la presencia de la lengua en las aulas, pero existe la posibilidad de que se vuelva a un sistema de líneas. Se ha erosionado mucho la lengua incluso en las zonas más valenciano-hablantes. Está por ver el modelo que escogerán PP y Vox, pero será un modelo en el que el PP entrará a garantizar el discurso de libertad de lengua, que acaba maltratando al valenciano, pero irá con ciertos pies de plomo que pueden ser eliminados por la presión de Vox, para quien la educación es la gran preocupación, la cuestión más importante. Se vislumbra un arrinconamiento y marginación de la lengua que ya se ha visto por ejemplo con medidas de censura a revistas en valenciano o a grupos que cantan en valenciano. Esto paralelamente a la ampliación del negocio de la privada y concertada porque recordemos que Vox tiene conexiones con este mundo, por ejemplo José María Llanos, Julia Llopis...

¿La entrada de Vox podría hacer retroceder más allá de los últimos gobiernos del PP?

Existe esta posibilidad. El PP juega un juego inteligente, ellos tienen una política dura, que erosiona el proceso de normalización lingüística, pero nunca han querido ser tan radicales como quisiera Vox. Si Vox quiere sacar algún provecho de su entrada y no ser metabolizado por el PP, o visto como una opción inútil, van a intentar presionar en estas cuestiones. La batalla cultural, que es al final la que quieren dar, el tema de la lengua y la escuela serán caballos de batalla por Vox. Se vislumbran tiempos complicados tanto por la escuela pública como por la educación en valenciano.

En el epílogo dice que falta un debate honesto sobre el sistema educativo en el País Valencià. ¿Por qué?

Cuando se debate de la concertada, existe una opacidad y una falta de datos que impiden que haya un debate solvente para saber qué consecuencias tienen determinadas políticas públicas. Falta ponerlo todo en un riguroso debate para determinar cuál es el peso que queremos que tenga cada sistema o decidir cuál es el modelo educativo que queremos. En el debate que normalmente tenemos en los medios no existen estas cuestiones, se etiqueta de cuestión ideológica y se dice que no está vinculado a la calidad de la educación cuando sí lo está, sobre todo para colectivos socialmente desfavorecidos. Esto está muy lejos de hacerse.

¿Cuál es el alcance de la problemática, en qué afecta a las nuevas generaciones?

Si no existe mezcla social se limita la igualdad de oportunidades y las miradas son mucho más cortas. Vamos a sociedades peores, menos justas.

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