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Junts aterriza en Madrid tras seis años en Waterloo

La formación que lidera Carles Puigdemont será imprescindible para la gobernabilidad del país en un cambio de peso y estrategia tras el 23J.

Carles Puigdemont, tras la firma del acuerdo de investidura con el PSOE. Europa Press

Samuel Martínez

“El principal cambio en la política estatal tras las elecciones del 23 de julio es que Junts per Catalunya va a participar de ella”. Lo comentan fuentes del entorno de Esquerra Republicana de Catalunya. Es la misma línea que expresó la formación cuando, en público, dieron la “bienvenida” al partido que lidera Carles Puigdemont a las conversaciones con el PSOE y Pedro Sánchez. Hasta ahora han sido solo de cara a la investidura, pero a partir de este jueves 16 de noviembre se abre una nueva etapa. Está por ver, aunque hay pistas, cuál será el papel que desempeñe Junts en ella. 

Por el momento es una incógnita. Durante la primera jornada del debate de investidura que ha terminado con Pedro Sánchez revalidando su puesto en Moncloa ya saltaron algunas costuras, aunque no determinantes. No deshacían el vestido. Fue la vinculación que propuso el socialista —en su discurso de investidura— entre la amnistía y el concepto de “perdón” lo que molestó en las filas de Junts. Incluso hubo algún tipo de comunicación entre ambas formaciones tras la intervención de Sánchez y antes de la de Míriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso, para calmar las aguas.

De todas formas, la cuestión jamás hizo peligrar la investidura, de acuerdo con lo que ha podido saber Público a través de fuentes socialistas, pero el nivel de detalle con el que los de Puigdemont vigilan cada movimiento da pistas de cómo encaran la legislatura; de cuál es el nivel de intensidad que late entre las dos formaciones. Las mismas fuentes del PSOE apuntan que “el contacto entre ambos será constante".

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Puigdemont salió de España en 2017 tras la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Lo hizo, en concreto, la noche del 29 de octubre. Partió rumbo a Bélgica y ha terminado viviendo en Waterloo. Desde aquel momento, el papel de Junts en la política estatal ha sido la oposición frontal, cuando no la indiferencia. Ahora, sin duda, encarna el aliado más incómodo —no en vano, Nogueras ha avisado a Sánchez que el PSOE tendrá que ganarse la estabilidad “acuerdo a acuerdo”—, pero dos factores le otorgan un papel preponderante en la ecuación que tantas veces tendrá que resolver el PSOE para sacar adelante iniciativas. 

La aritmética parlamentaria y la Ley de Amnistía. Son las dos razones por las que Junts per Catalunya vuelve a ser pieza fundamental en Madrid. Sus siete diputados han sido  imprescindibles para investir a Sánchez y lo serán en el futuro. La Ley de Amnistía, por su parte, confiere a Sánchez un estatus como interlocutor que antes no poseía y, además, legitima, en términos penales, muchos de los actos que se judicializaron durante el Procés. Puigdemont, salvo sorpresa, volverá a España. 

La primera prueba, después de la investidura y del paso por el parlamento de la propia Ley de Amnistía, serán los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Es la próxima gran negociación. Sánchez volverá a necesitar a Junts per Catalunya.

La política catalana y la “música” de ERC

El papel protagonista que adquiere Junts no solo hay que leerlo en cuanto a su relación con el PSOE y su implicación en el Gobierno, sino también en lo referente al clima político catalán y, en concreto, a su entendimiento con ERC. Los republicanos resumen el momento, en conversación con Público, en una frase. “Hace cuatro años que Esquerra puso una música y ahora todo el mundo la baila”. Se refieren a que “ERC nunca renunció a hacer política en Madrid” y a que, según el entorno del partido, “ahora Junts defiende tesis muy similares o iguales a las suyas”, mientras antes desaprobaban la implicación de ERC en la arena estatal.

“Nadie ha sido capaz de proponer una alternativa útil, distinta a la nuestra, para defender las tesis independentistas”, tercian las mismas fuentes republicanas, que celebran “la nueva estrategia de Junts” porque “contribuirá a normalizar el relato político no solo en España, también en Catalunya”. 

No “tentar a la suerte” ni en Madrid ni en Suiza

“Con nosotros, no intente tentar la suerte”, terció la portavoz de Junts en el Congreso durante el debate de investidura. Junts subyuga la estabilidad del Gobierno de Sánchez a que se cumplan los pactos de investidura (en ese caso, como todos los socios, a excepción de EH Bildu, que no ha firmado ningún documento de investidura). Pero existe una diferencia. Esa estabilidad se decidirá no solo en Madrid y en Barcelona, sino también en Suiza, donde PSOE y Junts han dejado por escrito que se encontrará el punto de reunión —con verificador— donde se irá tachando la lista de compromisos cumplidos. 

Todo está por ver. Algunos quieren recordar, en esta vuelta de Junts, a aquella Convergència que un día (o muchos días) jugó un papel absolutamente destacado en la política estatal. Otros señalan todas sus diferencias. Sánchez insiste en “hacer de la necesidad virtud”. Tras la investidura “nada será igual” terció Nogueras. El paso de los días descubrirá hasta qué punto y en qué dirección.

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