Las agencias de Inteligencia del Gobierno de Estados Unidos han llegado a la conclusión de que el presidente ruso, Vladímir Putin, "probablemente" no ordenó la muerte del opositor Alexéi Navalni. Sin embargo, la causa del fallecimiento del principal enemigo del líder ruso el 16 de febrero de este año sigue sin determinarse. 

En un informe que, según The Wall Street Journal, ha sido distribuido en varias agencias del Gobierno de Estados Unidos, no se exime de culpa a Putin. No obstante, el documento alega que él no fue quien ordenó directamente acabar con la vida del opositor. 

El presidente estadounidense, Joe Biden, al ser preguntado recientemente sobre esta cuestión, respondió que el Gobierno desconoce qué ha ocurrido exactamente, si bien "no hay duda de que la muerte de Navalni es consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones". 

Navalni, una de las voces más conocidas contra la corrupción de las élites del Kremlin bajo el régimen de Putin, estaba cumpliendo una pena de 19 años de cárcel por "extremismo". Meses antes había condenado la guerra de Ucrania, por considerarla una estrategia política de Putin para mantenerse en el poder, así como un conflicto "criminal". 

La versión oficial que mantienen los servicios penitenciarios rusos es que el opositor de Putin falleció al encontrarse mal después de dar un paseo en la cárcel de Jarp, en el círculo polar Ártico, donde se hallaba recluido desde diciembre del pasado año.

Según el relato de las instituciones rusas, los servicios médicos intentaron reanimarlo "durante más de media hora", pero Navalni acabó perdiendo la vida. Durante su estancia en esta prisión, los relatores de la ONU habían reportado en varias ocasiones las condiciones de tortura y malos tratos en las que se hallaba. 

Navalni había sobrevivido en 2020 a un intento de envenenamiento con el agente químico Novichok y su salud había sido motivo de una creciente preocupación después de que se declarara en huelga de hambre entre marzo y abril de 2021.