Otras miradas

La memoria histórica para los más papistas que el Papa

Ana Bernal-Triviño

Imagen de archivo de una protesta de víctimas del franquismo. - Luca Piergiovanni / EFE

Imagen de archivo de una protesta de víctimas del franquismo. - Luca Piergiovanni / EFE

Dos noticias de estos pasados días festivos que retratan bien la etapa que vivimos. 

La primera. La ONU ha instado a España a adoptar "las medidas necesarias" contra "las leyes de concordia" de PP y Vox, para respetar los estándares internacionales de derechos humanos. 

En el informe apuntan que sus leyes de concordia fomentan teorías "revisionistas o negacionistas" sobre la Guerra Civil y la dictadura. Que ordenan la "supresión de entidades y actividades de memoria histórica" y la subvención de proyectos. Que sus leyes "pueden acarrear límites al acceso a la verdad sobre el destino o paradero de las víctimas" y que no pueden mezclarse en ellas a las víctimas de terrorismo, que tienen su propio reconocimiento legal, con las víctimas de la guerra civil y el franquismo. De paso les da un toque y les recuerda los pactos internacionales firmados por España y que estos no solo deben de ser aplicados por el Gobierno central, sino por regionales o locales. 

¿La respuesta del PP y Vox? El PP dice que lo que hay que rectificar es el "revisionismo" de la ley de memoria del PSOE, y Vox pregunta quiénes son los relatores de la ONU. Tanto uno como el otro deberían aprender que los acuerdos internacionales están para cumplirlos, porque son entre Estados. Luego no se puede ir dando lecciones sobre patria. 


Lo más grave es que parece haber un problema de memoria dentro de estos representantes. Cuando Angela Merkel gobernaba en Alemania condenaba siempre el nazismo, defendía la ley de memoria de su país y recordaba en su propio parlamento que la mayor amenaza para la democracia en Europa era la extrema derecha.

Tampoco parecen tener memoria propia ni siquiera dentro del propio PP. En Málaga, un alcalde de su partido, Paco de la Torre, no se opuso a exhumar a las víctimas de la guerra civil y honrarlas con un monumento en el cementerio de San Rafael. El hispanista Ian Gibson lo ha mencionado varias veces como ejemplo para otros gobiernos del PP sin que suponga una amenaza para el partido. No ha sido la primera vez que la ONU ha criticado la posición del PP respecto a la memoria histórica, que tuvieron ya varios roces durante el gobierno de Rajoy. La crueldad del fascismo con las víctimas fue extrema. Y aún más si estas eran mujeres. Y por encima de leyes, choca que vayan pregonando valores cristianos cuando impiden la dignidad de unas víctimas asesinadas y tiradas a las que se negó descansar en paz. 

La segunda noticia fueron las manifestaciones de estos días en universidades contra la masacre en Gaza. Justo en la misma semana donde la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional reconoció recibir amenazas de represalia por la investigación sobre crímenes de guerra contra Palestina cometidos por Israel. Y justo en la misma semana donde la Iglesia Católica alemana ha dicho que apoyaban las manifestaciones a favor de Gaza, que los partidos de extrema derecha no deben ser votados por los cristianos porque sus ideas son incompatibles con los valores católicos, y que sus teorías deben ser desacreditadas. Insisto, la alemana.

La española supongo que se habrá tapado tras leer este comunicado mientras aquí se ha nombrado de presidente al ultraconservador Luis Argüello, que tuvo su tuit de apoyo de Vox. Justo cuando veía esta noticia, en TikTok me saltaba un vídeo del papa Francisco defendiendo la incorporación de las mujeres en los cargos del Vaticano y me dio por ver los comentarios... Todos repletos de mensajes de "el rojo este", o de "la mujer en la casa" o "este papa se ha vuelto loco". De ahí, peores aún. Y otro vídeo de otros responsables eclesiásticos de ultraderecha deseando la muerte del Papa.

Recordar sirve para aprender y no repetir errores, pero quizás justo por eso, porque les interesa repetir lo peor de la historia, no quieren tener memoria. O quizás rechazan la memoria porque les desmonta un discurso donde predican lo contrario de lo que hacen. En cualquier caso, hasta qué punto hemos llegado cuando se niega y se creen superiores a relatores de Naciones Unidas, cuando niegan leyes y pactos internacionales de Estado, cuando se callan acciones de memoria hechas por compañeros de partido o por homólogos internacionales, cuando se erigen en portavoces de valores que luego no representan, cuando se tapan los ojos ante una realidad internacional que les apela directamente, y cuando líderes y votantes de estas formaciones no tienen pudor en declararse en público incluso más papistas que el Papa.

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