Honestidad para trasmitir un mensaje claro y sincero, empatía para tener en cuenta sus emociones, generosidad para recordar que también en la ruptura hay dos personas y determinación para ejecutar sin ambages la espinosa tarea de dejar una relación, siempre con respeto, pero sin vacilaciones.
Porque, por las razones que sea, has decidido que lo mejor para ambos es dejar la relación en ese punto. Tu expareja deberá aceptar tu decisión y tú deberás hablar con calidez y aplomo. Y si puedes evitar frases hechas a la hora de transmitir el mensaje, mucho mejor.
Nueve excusas que evitar al romper una relación
¿Por qué no debemos decir las frases que vienen a continuación a la hora de romper? Porque ya están dichas y lo último que quiere escuchar una persona que es sometida al trago de la ruptura es que “no es especial” para ti después de todo el tiempo que habéis pasado juntos.
Así que evita siempre lugares comunes: piensa en lo que realmente sientes y depura esos sentimientos con honestidad, empatía, generosidad y determinación hasta que logres el discurso adecuado que minimice los daños sin resultar hipócrita. Nunca digas lo que no sientas, pero no digas todo lo que sientes.
Podemos ser amigos
Sí, podéis ser amigos, efectivamente. Pero eso el tiempo lo dirá. Pero decirle a una persona con la que has compartido algo más que una amistad el clásico, “bueno, siempre podemos ser amigos”, es una degradación, una suerte de premio de consolación que nadie quiere: no es el momento para eso. Que sí, que no en pocas ocasiones los mejores amigos son personas que han tenido una relación y han logrado dominar el impulso físico a menudo latente en las amistades. Pero eso ya se verá.
Se está poniendo demasiado serio
Puede que te entre el miedo al compromiso, que te hayas visto 20 años después con esa persona y no te haya gustado el panorama o que prefieras algo más “ligero”. Estás en tu derecho, pero es una frase para evitar porque para la otra persona tal vez el hecho de que sea demasiado serio es justamente lo apreciable de la relación.
Necesito tiempo para mí
Queda feo porque parece implicar que el tiempo que pasas con tu pareja es tiempo perdido o no lo suficientemente aprovechado. O también que está demasiado encima de ti o no te deja espacio suficiente para desarrollarte como persona. Tal vez haya algo de esto realmente, pero no es la forma de transmitirlo porque suena egoísta y ofensivo.
Necesito conocerme a mí mismo
Esta frase que tiene su puntito filosófico tampoco suele ser bien recibida, porque a un ex con buena labia le puedes poner en bandeja un “¿quieres conocerte a ti mismo? Ya te digo yo cómo eres”: y es posible que no te guste escuchar lo que sigue a continuación. Estar en una relación no impide que te conozcas a ti mismo, sino al contrario: lo que pasa es que, a veces, no nos gusta lo que vemos y pensamos que la culpa es de la pareja.
Quiero disfrutar de la vida
O, ya puestos, decirle lo que realmente quieres sin eufemismos: necesito echar unos cuantos polvos con otros y/u otras. Para, para. Ni se te ocurra decir nada de eso, ni que eres demasiado joven, ni que necesitas aire fresco. ¿Evitar los eufemismos y las frases hechas? Sí. ¿Evitar la brutalidad? También. Nada de ya no me gusta tu nariz aguileña ni tu culo carpeta.
Tengo que concentrarme en mi carrera
Ninguna carrera es suficientemente importante para romper con la persona que quieres. No mientas. El problema es que, probablemente, ya no quieras a esa persona lo suficiente como para ocupar parte de tu tiempo en ella, tiempo que podrías dedicar a ese trabajo tan importante que tienes.
Pero mejor no uses el comodín del trabajo como excusa para romper porque es doblemente humillante: anteponer un trabajo a una persona es feo, y anteponer tu trabajo al suyo, también. Porque seguramente esa persona habrá “sacrificado” parte del tiempo que dedica a su importante trabajo para pasar tiempo contigo.
Tengo que romper con mi pasado
Como cuando limpias una habitación y te deshaces de todo lo viejo… Esto lo hemos escuchado así, tal cual. Y claro, no es muy agradable que te comparen con un trasto viejo que hay que desechar para que tu pareja pueda conseguir sus ambiciosos objetivos en la vida, pueda conocerse a sí misma, pueda concentrarse en su carrera, pueda disfrutar de la vida y todo lo demás. Porque todo eso es una mentirijilla: quiere deshacerse de ti, no de (todo) su pasado. Pero suena más o menos convincente con un puntito trascendental.
Sigo enamorado de mi ex
Puede que sea cierto, pero mejor dejar a las exparejas a un lado. Ten en cuenta que las personas que están siendo dejadas suelen tener un grado de autoestima bajo que rozará el suelo si, además, sale perdiendo en una comparación con un ex. Esa persona no ha sido capaz de que olvides a tu expareja; o peor, estar con él o ella ha provocado que recuperes su amor o deseo por tu ex. Lo dicho, dejemos a los ex al margen.
No eres tú, soy yo
Es una frase tan manida porque, en el fondo, sintetiza las razones por las que muchas veces rompemos una relación. A menudo no es la otra persona la “culpable”, sino que son nuestros sentimientos los que han variado. Y es posible que esos sentimientos hayan variado por razones que van más allá de la responsabilidad de nuestra expareja.
Así que entre todas las excusas que hemos citado aquí, a nuestro juicio, esta es la menos hiriente y tal vez la más sincera. Pero es una frase que, dicha tal cual, debemos evitar porque es confusa y peliculera: más bien es un concepto del que puede partir nuestro argumento para explicar las razones por las que decidimos romper. Siempre con respeto y cariño, siempre con determinación: has tomado una decisión, y hay que ser valiente para dar el paso. Ya sabes, por el bien de los dos. Pero esto último tampoco lo digas.
