Otras miradas

El terrorismo de Ayuso

Marta Nebot

El terrorismo de Ayuso
Un grupo de personas exige mejoras en la Sanidad Pública durante una manifestación, a 22 de abril de 2023, en Colmenar Viejo, Madrid.- Rafael Bastante / Europa Press

Hay políticos y jueces que buscan terrorismo en todas partes. No, perdón, hay políticos y jueces que solo buscan terrorismo en ciertas partes. En plena frivolización del término terrorismo a escala nacional, en Madrid se confirma que no tener médicos en urgencias mata. Y, sin embargo, ningún político, ningún juez ha dicho nada.

¿No lo consideran terrorismo esos que lo ven siempre que hay violencia y alguna presunción de "subvertir el orden constitucional"? ¿No es violenta la muerte por falta de facultativos en las urgencias extrahospitalarias? ¿No es subvertir el orden constitucional cagarse en su Artículo 43 que reconoce "el derecho a la protección de la salud" y que compete a "los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de [...] las prestaciones y servicios necesarios"? ¿No es terrorífico que no haya médicos donde uno va cuando más le hacen falta?

En la comunidad de Madrid hay 29 puestos de urgencias de atención primaria sin médico, según la Plataforma SAR–SUAP y el plan publicado por la Consejería de Sanidad de esta comunidad.

El 24 de enero, un señor de 72 años se acercó a uno de ellos, el del "Cerro del Aire" en Majadahonda. No se encontraba bien y le dio un infarto en el parking cuando estaba a punto de entrar. Los profesionales de enfermería que allí atienden hicieron todo lo que pudieron, incluido llamar a una ambulancia. Estuvieron media hora sin parar aplicándole la maniobra de reanimación básica. En ese tiempo crucial no pudieron darle medicación porque no había un médico que la prescribiera. Cuando llegó la UVI solo pudo confirmar el fallecimiento de la víctima.

A algunos profesionales especializados en estos casos les queda la duda "de si el desenlace hubiera sido distinto si ese centro de urgencias hubiera estado dotado, como antes del nuevo plan de reorganización de las Urgencias extrahospitalarias de la Comunidad de Madrid, con equipo completo de médico, enfermero y celador". "Evidentemente, nunca podremos saberlo", subrayan, como recogió Público el viernes pasado. Sorprendentemente, no aprovechan el cabreo y la impotencia porque las cosas no son como les gustarían para llamar terrorismo a este horror que llevan temiendo y anunciando desde que este plan se aprobó hace casi un año.

Desde entonces ha habido varias muertes, documentadas por las plataformas de sanitarios, que como esta última quizá fueran evitables. No se aclarará porque ¿quién tiene el dinero, el tiempo y la fuerza para llevarlas a los tribunales y enfrentar a quienes intentaron salvar vida con posibles negligencias, porque el sistema evitará por todos los medios hacerse cargo? ¿Quién tiene ganas y espalda para perseguir tener la razón y algunos duros cuando ya se ha perdido lo que más importa?

De los 80 centros de urgencias extrahospitalarias que hay en total en esta comunidad ¿por qué no anuncian con bombo y platillo cuáles son esas 29 que lo son a medias? ¿Por qué no les ponen unos luminosos por fuera que digan "urgencias cojas" o "casi urgencias" o "urgencias sin urgencia"? ¿Por qué no las marcan claramente con carteles en la entrada y con listas accesibles a un click de distancia? Que sepamos sin lugar a dudas a las que no hay que ir si uno se encuentra mal. Ésa sería la manera más sencilla de prevenir muertes como ésta sin contratar a los médicos que faltan. Así, además, es probable que encuentren la excusa para cerrarlos por falta de pacientes a los que ¿matar?

Y, sin embargo, a este desmantelamiento sistemático de la sanidad pública de Madrid no lo llamamos terrorismo social, aunque no sea por falta de ganas.

Estos infartos –que también matan– ningún juez, ningún político los investigará jamás como terrorismo aunque sí estén haciéndolo con el del ciudadano francés que tenía una cardiopatía y murió de eso en el aeropuerto del Prat, durante las protestas independentistas de hace tres años, a pesar de que su familia hace tiempo que pidió que les dejaran en paz.

¿Será que hay muertos que merecen más la paz que otros? ¿Será que hay terrores que les importan muy poco? ¿Será que sólo ven el presunto terrorismo de los otros?

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