¿Existe la suerte? Esto es lo que dice la ciencia

De hacer cola ante el oráculo a hacer cola en Doña Manolita. La vida no ha cambiado tanto en los últimos 2.500 años. Muchas personas siguen confiando en factores externos, manifiestamente irracionales, para creer que pueden influir en su propio destino, para creer que tienen más posibilidades de ganar una guerra porque se lo ha dicho la Sibila de Cumas, o tener más posibilidades de ser millonario porque Doña Manolita le ha entregado el décimo. 

Y es que el ser humano sigue creyendo en la buenaventura y en la casualidad, sigue siendo supersticioso, porque sigue sospechando que el futuro es insoportablemente azaroso.

Y como queremos creer que somos dueños (también) del futuro, nos ponemos nuestros calzoncillos de la suerte para que nos den fuerzas en el examen definitivo de las oposiciones de bombero. Porque sí, todavía creemos en la suerte. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre Doña Manolita, los calzoncillos de la suerte y la relación entre pisar caca de perro y que te toque el Gordo de Navidad? 

La suerte, ¿una cuestión de fe? 

Lotería - Fuente: Pixabay
Bolas de bingo – Fuente: Pixabay

¿De verdad tienes ganas de que te toque la Lotería de Navidad y tener que salir en las noticias descorchando champán y diciendo que vas a usar el dinero para tapar algunos agujeros? Bueno, si aún confías en que el dinero no da la felicidad, pero ayuda te damos algunas recetas (científicas) para que estés más cerca de los millones del Gordo.  

Y si hay que hablar de suerte y ciencia, tenemos que hablar de Richard Wiseman, el gran gurú de la fortuna que desde hace dos décadas teoriza sobre este concepto milenario que lleva sobrevolando el destino humano desde tiempo inmemorial.  

El profesor de psicología de la Universidad Hertfordshire en el Reino Unido se pasó diez años pergeñando un estudio para tratar de concretar la suerte, porque, es un hecho, prácticamente todas las civilizaciones de la historia han tratado de “controlar” la suerte.  

De hecho, el acto de tocar madera proviene de un ritual pagano de obtener ayuda de un viejo árbol, y la superstición de no pasar bajo una escalera estaría relacionado con su forma triangular que se asemejaría a la Santísima Trinidad. Y el número trece da mala suerte porque en la Última Cena había trece personas y tras la misma, como sabemos, no les fue muy bien a varios de ellos, especialmente al maestro de ceremonias.  

La ansiedad da ‘mala suerte’ 

Teniendo en cuenta todo ello, Wiseman consideró que era el momento de enfocar la suerte desde un punto de vista científico, o al menos “un poco” científico. Y para ello hizo diversos experimentos, como el del periódico. 

Wiseman dio un periódico a un grupo de personas entre los que se encontraban individuos que se autodefinían como afortunados y otros que se consideraban desafortunados. En las páginas del periódico el investigador incluyó un anuncio que ponía con grandes letras: “Dígale al experimentador que ha visto esto y gane 250 libras”. 

Las personas “afortunadas”, generalmente más calmadas y confiadas, demostraron más capacidad de observación teniendo más “suerte”, mientras que las desafortunadas, más ansiosas, demostraron menos capacidad de observación: “todo tiene que ver con estar abierto a nuevas experiencias y «observar» las oportunidades a medida que se presentan” concluyó Wiseman en relación a este experimento.  

Los cuatro rasgos de las personas con suerte 

Lotería - Fuente: Pixabay
Administración de Lotería y décimos premiados – Fuente: Pixabay

Y tomando como base los resultados de los diferentes experimentos que conformaron su estudio, Wiseman elaboró una lista de cuatro rasgos que caracterizan a las personas que tienen buena “suerte”, entendiendo suerte, en este caso, como un encadenamiento de sucesos positivos. 

  1. Aprovecha las oportunidades. “Es fácil que las personas agoten las oportunidades de su vida. Sigue hablando con las mismas personas de la misma manera, sigue tomando la misma ruta hacia y desde el trabajo, sigue yendo a los mismos lugares durante las vacaciones. Pero las experiencias nuevas o incluso aleatorias introducen el potencial de nuevas oportunidades”. Así que ya sabes, las rutinas son enemigas de la suerte, lo cual pone tus calzoncillos de la suerte en la picota.  
  1. Escucha tu intuición. La ansiedad genera dudas, las dudas indecisión y la indecisión retrasa las acciones lo cual supone menos posibilidades de que pasen cosas, incluyendo las consideradas positivas. Por el contrario, las personas afortunadas, según Wiseman, escuchan su intuición con lo que toman decisiones más rápidas, con lo que suceden más cosas, también más cosas afortunadas. 
  1. Sé optimista. En las investigaciones del psicólogo británico afloró también una característica propia de las personas con capacidad de adaptación, resilientes que diríamos ahora: encontrar algo positivo hasta en los hechos más “desafortunados”. Por suerte, hasta la peor de las crisis es una oportunidad: ¿cuestión de perspectiva? Así mismo, los optimistas creen que los acontecimientos impredecibles e incontrolables siempre les saldrán bien; las personas desafortunadas, por su parte, creen que los eventos fuera de su control siempre jugarán en su contra. Es decir, los primeros creen en la suerte, tienen “fe” en la suerte… o en sí mismos. 
  1. Sé (positivamente) escéptico. Por último, Wiseman recuerda que es científico (y que el artículo arriba citado aparecía en Skeptical Inquirer) y tiene unas palabras para al escepticismo. Pero no se trata de no creer en nada como lo haría un nihilista, sino de alejarse de “una forma mágica de pensamiento y acercarse hacia una visión más racional de la suerte, usando la ciencia y el escepticismo para aumentar el nivel de suerte”.  

Así pues, y siempre según Wiseman, si no eres esclavo de tus rutinas, te guías (moderadamente) por tu intuición ante la toma de decisiones, eres (racionalmente) optimista, y (positivamente) escéptico dejando a un lado las supersticiones, tendrás más suerte en la vida.  

Sintetizándolo un poco más, Wiseman probablemente habla, en definitiva, de creer en uno mismo asumiendo también que el futuro no está bajo nuestro absoluto control. Las cosas suceden y es cuestión de perspectiva interpretarlas como afortunadas o no, evitando supersticiones.  

Ya lo dijo el también psicólogo Don Saucier en sus estudios sobre la suerte y la superstición: “La gente cree en supersticiones para intentar restaurar cierta predicción y control en su mundo. No saber qué les sucederá es incómodo, y tener un comportamiento supersticioso puede hacer que las personas se sientan un poco mejor acerca del futuro”. 

Así que ya sabes, si quieres tener suerte en el próximo sorteo de la Lotería, cambia tu rutina, escucha tu intuición y sé optimista. Y a hacer cola en Doña Manolita siendo positivamente escéptico.  



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