Vivir con amor

Los palestinos desplazados se refugian en una escuela de la ONU en Khan Yunis. -MOHAMMED TALATENE / Europa Press
Los palestinos desplazados se refugian en una escuela de la ONU en Khan Yunis. -MOHAMMED TALATENE / Europa Press

La semana pasada la veterinaria nos anunciaba que nuestro querido perro, Jesús, compañero fiel durante los últimos seis años, estaba sufriendo demasiado y teníamos que plantearnos la opción de ofrecerle una muerte digna. Lo aceptamos como vino. Decidimos hacerlo del mejor modo posible, en un entorno de campo fuera de la ciudad y, para ello, tuvimos que esperar al puente del Pilar. Durante una semana vivimos con esa espada de Damocles de saber que, ese ser al que tanto queríamos, ya no estaría más con nosotros a partir del lunes. Los días no avanzaban sino que se perdían hasta el día en que Jesús se iba a ir, que las horas pasaron lentas, pesadas, agónicas. Jesús dejó este mundo rodeado de amor. Su ausencia duele, pero hemos tenido todas la suerte de vivir con amor. Así todo es más fácil, incluido el duelo.

Al mismo tiempo, en Gaza, millones de personas vivían otra cuenta atrás. Madres, padres, hermanas, amigas, veían cómo los días se perdían y cómo las horas se hacían pesadas y agónicas, desde dentro del país y desde fuera de él. La angustia infinita de saber que puedes perder a gente tan importante y tan querida cuando lleguen las 16 horas del sábado, y luego las 16 horas del domingo. Que te cueste respirar bajo la presión del pecho pesado, como si hubieras inspirado una losa. Cada minuto un suspiro, un llanto, un rezo, un mantra, porque no puedes hacer más que esperar. Y ahí la certeza de que, si llega la muerte, será rodeada de odio, de tristeza, de brutalidad. Una muerte indigna de nuestra calidad humana.

En Mali, varias familias pasaron la semana contando las horas que pasaban desde que sus hermanos, sus hijas, solas o con sus nietos, sus amigas, sus vecinos, les avisaron de que iban a cruzar de la costa noroccidental africana hasta las Islas Canarias. "Ahora están cogiendo la barca, ahora están en la barca, ahora están cruzando. ¿Cuánto tiempo es razonable hasta que tenga que empezar a preocuparme? ¿Se sabe algo ya?" Algunas familias recibirán noticias, otras no. Las que no reciban noticias vivirán la agonía de por vida de ver pasar el tiempo como si fuera a cámara lenta, temiendo que el recuerdo del ser querido se diluya y así la persona muera en olvido. No pueden aceptar sin más que esa persona que tanto quieren pueda haber sido engullida por el mar.

En El Hierro, mujeres, niños, hombres y chavales ven pasar el tiempo en un centro de acogida, en un muelle, en un parking de una comisaría. La cuenta atrás es el fin de un periplo infame que nunca debería haber sido. Les siguen tratando como si fueran paquetes, bolsas de patatas o lagartos. No hay amor donde están, salvo el que se den entre ellos.


Cuando llegaba el momento de dormir a Jesús, Dani me miró emocionado y me dijo, "este es el perro más bueno del mundo. Si se reencarna, lo hará en una persona, seguro". "Pues yo espero que se reencarne en un perro querido, y que viva rodeado de amor. Ser persona resulta cada vez menos seguro".

No puede ser que sea mejor ser perro que persona. No podemos conformarnos con lo que hay. Es cierto que es durísimo ver el mundo tal y como está y no se puede mantener el sufrimiento por el dolor ajeno durante demasiado tiempo. Pero eso no quiere decir que nos rindamos y aceptemos la deriva que está tomando el entorno con el que nos relacionamos. Podemos elegir algunas cosas, más de las que creemos. Podemos apoyar a las personas que luchan por visibilizar las injusticias, podemos unirnos en grupos locales para que nuestros barrios sean como el mundo que queremos, podemos consumir ocio y cultura de defienda los valores que nos representan, podemos esforzarnos por diversificar nuestras relaciones, podemos dar amor y reivindicarlo como una forma de hacer política. Ir a una manifestación es importante. Compartir una investigación que pone en jaque a un gobierno es importante. Ayudar a tus vecinos es importante. Dar valor humano a todos los seres humanos, es indispensable. Porque todas, todas las personas y seres de este planeta, nos merecemos vivir con amor, sin excepción.