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Blanca Paloma
Blanca Paloma hizo una actuación espléndida, pero no fue suficiente para convencer al resto de eurofans. (Fuente: EuropaPress)
Blanca Paloma
Blanca Paloma hizo una actuación espléndida, pero no fue suficiente para convencer al resto de eurofans. (Fuente: EuropaPress)

El eurodrama de Blanca Paloma: ¿Por qué España se la pegó con el voto del público?

Las altas expectativas depositadas en ‘Ea ea’ se toparon con la realidad: los eurofans no entendieron la candidatura y el público acabó otorgando 5 puntos, una de las puntuaciones más bajas de la historia reciente de España.

Helena Celma

Han pasado cuatro días y todavía seguimos con resaca festivalera. La victoria de Loreen era algo que cabía dentro de las expectativas de los eurofans, pero la decimoséptima plaza de Blanca Paloma pilló a todo el mundo a contrapié. Días antes de la final, las predicciones apuntaban a que, como mínimo, Ea ea iba a colarse en el Top 10 de la final. No obstante, se vio que las predicciones a veces aciertan, pero hay otras que fallan más que una escopeta de feria. 

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Blanca Paloma acabó cosechando 100 puntos en la votación final: 95 del jurado profesional y 5 del televoto. Nadie dio los 12 puntos, pero el nombre de España se coló en las votaciones de 21 de los 37 países que repartían los puntos. Portugal fue el que otorgó una puntuación mayor, pese a que se quedó en los 10. Esto sirvió a los eurofans para mostrar su amor por el territorio vecino, a diferencia del resto de países, a quienes reprocharon que no dieran más votos. 

De hecho, hasta la humorista Inés Hernandez tiró de ironía en Twitter para decir que venir a España sí, pero votar por nosotros, si eso, para otro día. 

Estos 95 puntos al final de la votación del jurado profesional dejaban la propuesta de Blanca Paloma en la novena posición, algo que entraba dentro de las expectativas, pero que precedía un descalabro de importante magnitud.

El televoto, un revés inesperado

Gran parte del fandom esperaba que la puntuación del televoto ayudara a escalar posiciones en la clasificación final. Como mínimo, esperaban mucho más que un 5, el cual cayó como un balde de agua fría sobre todas las casas. Blanca Paloma trajo una propuesta que mezclaba el flamenco electrónico y que clavó vocalmente. Vaya, que escuchar la canción grabada del estudio y la del directo era prácticamente lo mismo, y eso no es nada fácil de conseguir. 

La propuesta fue prácticamente la misma que la que ofreció la artista en el Benidorm Fest, con una puesta en escena hipnótica y racial en la que dominó el color rojo de los flecos y el blanco de la luna. En general, una propuesta arriesgada que tanto podía enfilarse directamente hacia el podio como caer hasta las profundidades de la clasificación y finalmente pasó lo segundo. Blanca Paloma fue la propuesta menos votada de Eurovisión 2023 junto a la del Reino Unido, que tampoco llegó a las dos cifras y se quedó en 9 puntos. 

Si nos fijamos en las propuestas españolas enviadas desde 2009, ocupa el ‘top’ por la cola. Voy a quedarme de Blas Cantó no consiguió ni un punto y Do It for your Lover de Manel Navarro y Ea Ea se quedaron con tan solo 5 puntos. Están inmensamente lejos de los 231 puntos que consiguió SloMo el año pasado

No pintaba tan mal

Cuando Europa ya vio la actuación de Blanca Paloma en las semifinales, las valoraciones a nivel global fueron positivas. De hecho, voces autorizadas como el New York Times o la BBC dieron su visto bueno a la arriesgada propuesta.

Elisabeth Vincentelli, redactora de arte del rotativo americano, calificó la actuación de “intensa y rara”.  “España es el primer número que adoro con todo mi corazón: intenso y raro. Esto es tan Eurovisión”, escribía, para gozo de los seguidores españoles. 

Por su parte, la BBC, cadena encargada de la organización del evento, escribió en Twitter: “Nos sentimos hipnotizados por esto de Blanca Paloma, ¿alguien más?».

De hecho, periodistas expertos en Eurovisión como Luis Mesa también veían el potencial que tenía esta actuación. “La propuesta de Blanca escénicamente es la mejor propuesta de la historia de España gracias a la implementación de un equipo multidisciplinar tan relacionado con el teatro”, nos explica Luis, pero el problema en sí fue Ea ea. “La canción es un flamenco fusión que quizás no es para todos los oídos, y si no ha tenido consenso en España, entonces era complicado que lo tuviera en Europa”, lamentaba el periodista. 

Los motivos de un batacazo histórico

Lucía Ferrero, periodista especializada en redes sociales y tiktoker dedicada a Eurovisión, apunta como problema principal que el jurado profesional no supo apreciar la canción. “Ea ea no iba a ser una candidatura de televoto. Otras propuestas como la de Croacia, que tenía un mensaje más reivindicativo y con una puesta en escena más cómica y llamativa, conectaba mucho más con el público. La sorpresa fue que el jurado profesional no la apreciase como merecía”, nos explica, en referencia de que se esperaba que esta sección de la votación fuera mayor para que la suma de puntos fuera superior. 

Blanca Paloma, en sus reflexiones posteriores al final del certamen, también reconoció que la canción no había llegado al público: «Quizá no conectamos con tanta gente como habíamos imaginado. Pero bueno, era una propuesta particular, muy especial y yo voy a seguir, porque esto a mí no me detiene».

Luis Mesa coincide con este argumento, y añade un segundo punto que jugó en contra de Blanca Paloma. “Tengo la sensación de que el resto de países han decidido traer propuestas más pop, más consumibles, más mainstream. En cambio, nosotros hemos apostado por una propuesta de autor en su máxima potencia, que tanto te puede encantar como te puede horrorizar; puedes entenderla perfectamente como no comprenderla nada, y es evidente que no ha gustado y por eso ha sido la última opción para la audiencia”, añade.

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A estos argumentos se le añaden que las propuestas flamencas, o como mínimo que tenían eco de folclore español, no han funcionado nada bien en Eurovisión. La muestra más clara es la de Remedios Amaya, que con ¿Quién maneja mi barca? recibió la friolera cifra de 0 puntos en la edición de 1982. Esta catástrofe se atribuyó al “choque cultural” que provocó, según palabras de RTVE. Su resultado propició la desaparición del flamenco en las propuestas de las siguientes cuatro décadas, hasta ahora. 

Solo el futuro dirá si el resto de Europa acepta la entrada del flamenco en el festival de música o si la lección ha quedado más que aprendida. No obstante, eso no quita que artistas españoles como María Peláe se deshicieran en elogios hacia Blanca Paloma. 

Como en todo, siempre hay una opinión contraria. Es el caso de Arcangel, el cantaor de Huelva, tiró de purismo y consideró que ni lo de Blanca Paloma ni lo de María Peláe era flamenco.

De hecho, esta acusación ya la vivió Rosalía en sus propias carnes. En sus inicios la acusaron de apropiación cultural por hacer flamenco, y ni siquiera el hecho de que ella había estudiado flamenco le sirvió de protección ante el aluvión de críticas que recibió en su momento. 

Es posible, incluso, establecer cierto paralelismo entre Rosalía y Blanca Paloma, ya que las dos han hecho un flamenco experimental que fue criticado en un principio, aunque la gran diferencia es el éxito que han tenido, como mínimo hasta el momento. Este parecido se trasladó a las redes sociales, donde Rosalía pasó a ser Trending Topic porque la gente las estuvo comparando sin parar. 

Un apoyo masivo en las redes sociales

Quizá una de las cosas que más esperanzas daba a los eurofans españoles es ver el apoyo que tenía la propuesta por las redes sociales. Los jóvenes conviven en el ciberespacio y ese es precisamente uno de los públicos objetivos de Eurovisión. Por ejemplo, en España hubo casi cinco millones de personas que estuvieron enganchadas a las pantallas para ver el certamen musical. De esta cifra, el 59,4% de share era de personas entre 13 y 24 años, mientras que los que tenían entre 25 y 44 años ocuparon el 52,7% del share. Fueron con diferencia el grupo de personas más numeroso, demostrando así que los jóvenes también pueden mirar la televisión si el producto engancha. 

Pero los eurofans también viven los meses previos al festival en las redes sociales y ver tweets en inglés de personas ajenas que alababan Ea ea era más que común. Sin embargo, seguirlo no es sinónimo de votar y dejarse el dinero en ello. Si la clasificación final hubiera ido en función de lo que se vio en Youtube, sin ir más lejos, entonces hubiera sido diferente. 

Por ejemplo, España hubiera quedado duodécima en vez de decimoséptima si nos fijamos en las visualizaciones de Youtube en el mismo día de la final a las 19:00 horas, cuando aún no había empezado la cita eurovisiva. Suecia hubiera ganado, y el podio lo hubiera compartido con Armenia e Israel. 

Eurovisión no ha sido siempre igual

El intérprete de Mi gran noche, Raphael, representó a España en dos ocasiones, en 1966 y 1967. Tras la actuación de Blanca Paloma, el cantante dio su valoración como voz autorizada en el tema. “Estuvo estupenda”, exclamó, pero también afirmó que “eso no es la Eurovisión que él conocía”.

Algunos de los argumentos que expuso fue que todos los artistas cantaban con la misma orquesta, no con la propia que tenía cada uno. Además, “es un gran espectáculo, pero ya no tienen nada que ver las canciones. Es lo que ves”, puntualizó.  

Sea como sea, lo que no se podrá negar nunca es que la candidatura de Blanca Paloma fue seria y potente, y que durante unos instantes, nos hizo soñar con una posible victoria.